Cuando el CEO de Tesla Motors, Elon Musk, desveló recientemente el vehículo de bajo coste de la empresa, el Modelo 3, programado para lanzarse hacia finales de 2017, estaba lejos de estar terminado. El diseño interior final, incluido el diseño del volante, aún se desconocen.

Algunos comentaristas han considerado que eso y los tuits de Musk que decían que aún quedaban muchos detalles por revelar y que el coche "recordará a una nave espacial" parecen sugerir que el Modelo 3 será el primer coche realmente autónomo de la empresa, y tal vez del mundo.

Pero cuando al líder del desarrollo de la tecnología de conducción Autopilot de Tesla, Sterling Anderson, se le preguntó directamente, que si el Modelo 3 será el primer vehículo autónomo, desestimó la idea de este cambio radical. Y sugirió que Tesla podría generar bastantes coches autónomos antes del debut del Modelo 3.

En la conferencia digital EmTech celebrada la semana pasada en San Francisco (EEUU), Anderson afirmó: "No retendremos ninguna tecnología a la espera de lanzar el Modelo 3 que no hayamos lanzado ya en otros modelos en cuanto estuviera lista".

Anderson dijo que Tesla rehuye el concepto de modelos por año empleado por otros fabricantes. Cuando tiene listas nuevas prestaciones, las introduce directamente en los modelos ya en producción.

El responsable añadió: "Nuestros vehículos recibirán la última tecnología en cuánto dispongamos de ella. Los Modelos S y X seguirán llevando la delantera en las mejoras durante un tiempo".

Eso sugiere que el Tesla 3 no será el primer vehículo autónomo, sino que más bien en cuanto Tesla averigüe cómo lograr que sus vehículos se conduzcan solos en un abanico más amplio de situaciones, todos sus vehículos recibirán esas prestaciones al mismo tiempo.

Anderson mencionó que su equipo está estudiando cómo automatizar la conducción urbana y las intersecciones. Sus comentarios acerca de cómo la empresa planea introducir nuevas prestaciones como esas concuerdan con la manera en la que la empresa gestionó el despliegue de su tecnología actual de conducción autónoma.

Cuando se lanzó el Modelo S en 2012, carecía de los sensores y el hardware necesarios para que puedan conducirse solos por autopista. Pero hacia finales de 2014, Tesla empezó a añadir nuevos sensores y frenos controlados electrónicamente a todos los Modelo S, diciendo que correspondían a una nueva prestación de frenado de emergencia. Un año más tarde, empezó a ofrecer a los propietarios de esos vehículos la opción de activar prestaciones de condución autonoma (ver 10 Breakthrough Technologies 2016: Tesla Autopilot).