Los investigadores de IBM están probando una versión capaz de escuchar y participar en la toma de decisiones
Las fotocopiadoras, PC y las salas de videoconferencia han pasado de ser novedades tecnológicas a herramientas estándar de la vida empresarial. Los investigadores de IBM están experimentando con una idea adicional: una sala donde los ejecutivos puedan ir a hablar sobre cuestiones de empresa con una versión de Watson, el sistema informático que derrotó a dos campeones del concurso televisivo Jeopardy! en EEUU.
El Laboratorio de Entornos Cognitivos, que se inauguró el año pasado en el Centro de Investigación Thomas J. Watson de IBM en Yorktown Heights, Nueva York (EEUU), ha creado un primer prototipo. Su objetivo es explorar de qué modo un software que sea capaz de entender y participar en interacciones humanas podría "aumentar la cognición humana", afirma el director de Sistemas Cognitivos Simbióticos en el Departamento de Investigación de IBM, Dario Gil.
El laboratorio tiene el aspecto de una sala de reuniones normal, pero con una pantalla gigante en una de las paredes y una serie de micrófonos instalados en el techo. Puede transcribir al instante todo lo que se diga en la sala, para generar un registro detallado de cualquier reunión y permitir que el sistema escuche las órdenes dirigidas a "Watson".
Estas órdenes pueden ser simples solicitudes de información como las que se escriben en los cuadros de búsqueda. Sin embargo, Watson también puede tomar un papel más activo en la discusión. Durante una demostración en directo ayudó a los investigadores que actuaban como si fueran ejecutivos a generar una lista corta de empresas a adquirir.
En primer lugar, los investigadores hicieron que Watson se pusiera al día. De forma verbal le pidieron que leyera un memorando interno que resume la estrategia de la compañía en cuanto a inteligencia artificial. Después, uno de los investigadores le pidió utilizar ese conocimiento para generar una lista larga de empresas candidatas. "Watson, muéstrame empresas de entre 15 y 60 millones de dólares en ingresos que tengan relevancia con la estrategia", ordenó.
Después de que los seres humanos en la sala hablaran sobre los resultados que Watson estaba presentando en la pantalla, hicieron una lista más corta y pidieron a Watson que las pusiera en una tabla con una columna para cada característica clave. Después de reflexionar un poco más, uno de ellos dijo: "Watson, haz una sugerencia". El sistema ejecutó un conjunto de algoritmos de decisión y dio su veredicto con claridad: "Recomiendo eliminar a Kawasaki Robotics". Cuando se le preguntó por qué, simplemente añadió que "es inferior a Cognilytics en todos los sentidos".
Los investigadores de IBM también están considerando otras formas de usar la tecnología de su demostración actual en los lugares de trabajo, por ejemplo haciendo que el software registre las contribuciones relativas de diferentes personas a una discusión, o genere una especie de informe de comprobación de hechos después de una reunión que ponga de relieve las afirmaciones erróneas.
Al sacar a la luz este tipo de información, Watson podría mejorar la dinámica de las interacciones de grupo, señala Gil. "Watson podría mejorar la inteligencia colectiva, facilitando la toma de turnos o manteniendo una presencia neutral que pueda ayudar a prevenir el pensamiento de grupo", asegura. Por ejemplo, las personas podrían tener más libertad para cuestionar la opinión de su jefe si Watson es el primero en sugerir que hay otra manera de considerar un problema.
IBM no es la primera empresa en usar software para entender las reuniones e intentar mejorarlas. Un gran proyecto respaldado por la Unión Europea ha desarrollado una tecnología que registra y resume las reuniones usando una combinación de reconocimiento de voz y sensores que realizan un seguimiento de los movimientos de cabeza y la mirada de los participantes, en busca de señales que indiquen qué contenidos son los más útiles.
"El uso de tecnologías de reconocimiento y análisis de contenido tiene un potencial significativo para mejorar tanto las reuniones cara a cara como a distancia, y podría mejorar significativamente las culturas organizacionales", señala el profesor de Tecnología del Habla en la Universidad de Edimburgo (Escocia), Steve Renals, que ayudó a dirigir ese proyecto.
Sin embargo, la exactitud de la transcripción de la voz sigue siendo una dificultad para la fiabilidad de la tecnología, afirma Renals. Incluso si una persona habla directamente a un micrófono en una habitación tranquila es poco probable que todas las palabras sean transcritas correctamente. Además, durante las reuniones se producen otros problemas adicionales, como por ejemplo cuando las personas hablan unas sobre las otras, o cuando hay eco o ruidos incidentales como los golpecitos de los bolígrafos contra la mesa.
En la demostración a la que asistió MIT Technology Review, los participantes de IBM llevaban puestos los micrófonos para dar a Watson una señal más clara. El equipo de Gil también está trabajando en un sistema de micrófonos capaces de recoger el sonido desde múltiples direcciones orientables pero muy focalizadas. Utilizaría información de cámaras colocadas en el techo para individualizar a los participantes y obtener una clara grabación de lo que dicen.