Es posible que las pantallas táctiles del futuro necesiten incorporar el sentido del tacto.
La tecnología de pantalla táctil se ha hecho enormemente popular, gracias a smarphones diseñados para dedos hábiles. No obstante, la mayoría de las pantallas táctiles tienen una desventaja: tienes que prestar mucha atención a la pantalla mientras tecleas, para así asegurarte de que estás dándole al botón correcto. A medida que las pantallas táctiles se hacen muy populares en otros contextos, como por ejemplo los sistemas de entretenimiento y navegación de los coches, esta falta de respuesta sensorial podría convertirse en una distracción muy peligrosa.
Un grupo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon acaban de desarrollar unos botones que sobresalen de la superficie de las pantallas táctiles. El diseño mantiene las capacidades de visualización dinámica de una pantalla táctil normal, pero también es capaz de producir botones táctiles para algunas funciones concretas.
Chris Harrison y Scott Hudson, estudiante graduado y profesor de ciencias informáticas respectivamente, han construido una serie de pantallas para poner a prueba este concepto de botones que se transforman. Las pantallas están cubiertas con un látex semitransparente, que se coloca sobre una placa acrílica con unos agujeros y con una cámara de aire conectada a un sistema de bombeo. Cuando la bomba de aire está apagada, la pantalla es plana; cuando se enciende, el látex crea unas formas cóncavas o convexas alrededor de los cortes de la placa, dependiendo de la presión positiva o negativa.
Para iluminar estas pantallas y darles la capacidad de ser multi-touch, los investigadores usan unos proyectores, luces infrarrojas y unas cámaras posicionadas debajo de la superficie. Los proyectores emiten las imágenes que se ven en la pantalla, mientras que las cámaras detectan la luz infrarroja que los dedos dispersan en la superficie.
Esta idea de crear interfaces que sean físicamente dinámicas no es nueva, y durante los últimos años los investigadores han estado explorando el uso de pantallas hechas de polímeros que puedan alterar su forma cuando se las expone al calor, la luz, y a cambios en el campo magnético. Sin embargo, estos materiales aún son experimentales y relativamente caros de fabricar.
Los sistemas más simples, como por ejemplo este, que utiliza un material flexible como el látex y una bomba neumática, ya se han investigado en el pasado. Sin embargo, estos sistemas no tenían todas las capacidades del proyecto de Carnegie Mellon, señala Harrison. Nos explica que la pantalla es la primera que combina unas partes móviles (los botones que salen a la superficie), que muestra información dinámica y que además es sensible al tacto. Los otros proyectos y productos normalmente sólo alcanzan a cumplir dos de estos criterios, señala.
“El Surface de Microsoft tiene gráficos, y lo puedes tocar, pero es un sistema totalmente fijo,” afirma Harrison. “Los botones de un tablero de mandos tienen una alta sensibilidad táctil, pero no tienen pantalla. Y no resulta fácil deformar una pantalla de LCD y... hacer que conduzca la corriente eléctrica al mismo tiempo.”
Dado que el sistema está presurizado, esta información acerca de la presión se puede utilizar como entrada de datos, señala Harrison. Por ejemplo, si la pantalla se utilizara para controlar un reproductor de MP3, la persona podría apretar el botón con más fuerza para buscar la siguiente emisora o para avanzar rápidamente en una canción. Aunque muchas pantallas táctiles también pueden detectar los distintos niveles de presión, el plástico o vidrio rígido que utilizan hace que no sea posible tener una respuesta táctil.
Rob Miller, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias informáticas del MIT, señala que este tipo de interfaz está particularmente destinada a usarse en los tableros de mandos de los coches. “Cuando conduces, tu sentido de la situación se ve afectado,” afirma. “Los ojos tienen que estar en la carretera, en vez de estar a la caza del botón correcto y asegurarse de que lo has presionado bien.”
A través de un pequeño estudio entre usuarios a los que se les dio a probar la pantalla de Carnegie Mellon, se descubrió que durante los tests simulados de conducción los botones neumáticos eran tan fáciles de usar como los estáticos. El número de veces que los usuarios solían fijar su vista en los botones físicos también coincidió con el número de veces que se miraban los neumáticos.
Dada su naturaleza neumática, en la actualidad el sistema tiene unas dimensiones bastante grandes, aunque Harrison explica que está buscando la forma de hacerlo más pequeño. “No es posible incorporar una bomba de aire en un teléfono móvil,” afirma, “aunque una posibilidad es incluir un balón de aire y exprimir dicho aire usando un motor convencional.”