Con esta nueva sonda, los smarphones pueden ser usados para capturar y enviar imágenes por ultrasonido.
En un giro de ingeniería que podría redefinir la medicina móvil, un grupo de investigadores ha construido un dispositivo de ultrasonidos que se puede conectar directamente al puerto USB de cualquier smartphone. El sistema es capaz de capturar imágenes por ultrasonido tanto de embarazos como de arterias carótidas bloqueadas, mostrar los datos inmediatamente en la pantalla, así como usar el teléfono para enviar dichos datos a cualquier parte del mundo.
Los médicos utilizan las imágenes por ultrasonido para un amplio número de procedimientos, desde la supervisión del feto hasta la salud cardiaca, así como para guiarse a la hora de colocar catéteres y vías centrales. La mayoría de las veces, no obstante, este tipo de sistemas son de gran tamaño, pesados y torpes—sondas portátiles conectadas a ordenadores con ruedas y del tamaño de un armario archivador. También son bastante caros: los sistemas más grandes y versátiles pueden costar 25.000 dólares o más. Existen sistemas de tamaño bolsillo, pero cuestan unos 10.000 dólares. Nada de lo que está disponible a día de hoy es capaz de ofrecernos una solución de bajo coste, móvil y que pueda ser manipulada de forma remota para obtener y transmitir imágenes.
La sonda compacta de ultrasonido, desarrollada por un grupo de ingenieros informáticos en la Universidad de Washington, en St. Louis, tiene el potencial para poder desarrollar todas esas actividades y muchas más. Su desarrollo vino propulsado por un programa de becas de Microsoft para el diseño de aparatos médicos que pudieran usarse en un smartphone. William Richard y David Zar comenzaron por desarrollar un instrumento que habían iniciado hacía cinco años: una sonda de ultrasonido de 2.000 dólares que se podía conectar al puerto USB del ordenador portátil. Richard transfirió toda la capacidad de procesamiento a la sonda en si y disminuyó su consumo de energía a sólo medio vatio; Zar se encargó de crear el software y los drivers necesarios.
Para hacer que todas estas características cupiesen en la sonda, Richard y Zar tuvieron que hacer algunas concesiones. Como requisito para disminuir su consumo de energía, Richard tuvo que también disminuir la cantidad de datos que el instrumento era capaz de transmitir. Las imágenes en si son más pequeñas y menos detalladas que las de un aparato de ultrasonido de tamaño normal. Sin embargo, y aunque aún hay que someterlo a rigurosas pruebas y comparaciones, los investigadores creen que sus características deberían ser más que suficientes para ser útiles en un gran número de aplicaciones médicas. Nos indican que hay un gran número de usos potenciales: medicina remota para comunidades rurales y países en desarrollo, imágenes de emergencia de pacientes en camino al hospital, medicina realizada en campos de batalla, en incluso su uso en el hogar por aquellos pacientes con enfermedades crónicas. “Cuando miremos atrás 10 años a partir de hoy,” comenta Richard, “estos aparatos van a ser utilizados en lugares que nunca habíamos imaginado.”
El uso más obvio e inmediato es para la asistencia médica de personas en comunidades menos favorecidas, tanto en los Estados Unidos como en el extranjero. Las redes de telefonía móvil están muy extendidas incluso en los países más pobres, y podrían ser usadas para enviar imágenes tomadas con la sonda y que un médico especializado las interprete.
Gari Clifford, fisiólogo informático en la División de Ciencias de la Salud y Tecnología de Harvard-MIT, está muy interesado en incorporar la nueva sonda de ultrasonido en un sistema de medicina a distancia que está desarrollando. Si se logra poder supervisar el estado de salud de las mujeres embarazadas en áreas remotas y así comprobar si existen complicaciones peligrosas, “podemos recomendar a estas mujeres que se vayan a clínicas más urbanas y centralizadas para dar a luz,” señala. “Muchas clínicas rurales en los países en desarrollo realmente no poseen la experiencia o la tecnología para poder llevar a cabo este tipo de supervisión médica.”
Shadab Mahmud, director de programas en Graneen Healthcare, nos ofrece una visión similar. Esta organización sin fines de lucro, que es parte del mismo grupo de empresas que el Banco Grameen, galardonado con el Nobel, fue lanzada recientemente con el objetivo de proveer servicios de salud sostenibles en Bangladesh. “En los países en desarrollo, aproximadamente el 95 por ciento de los partos se dan en el hogar, y es ahí donde también suceden el mayor número de fallecimientos,” señala Mahmud. “La sonda de ultrasonido es una parte integral de un kit que todos y cada uno de los trabajadores de la salud comunitarios deberían poseer.”
Existen varios grupos que ya han expresado su interés en este dispositivo. Según Zar, por los mismos 2.000 dólares con los que se puede comprar la sonda y el ordenador portátil que él ayudó a desarrollar, el fabricante puede desarrollar la versión para smartphone, y él espera que para este verano ya haya software de código abierto disponible. (El usuario también debe poseer un teléfono compatible; actualmente, sólo unos cuantos tienen los requisitos necesarios, tales como un puerto de USB para leer los datos y proveer energía eléctrica.) Richard tiene la mirada puesta más allá: ahora su objetivo es crear una versión de 199 dólares que pueda venderse en las farmacias para que la gente las usen en casa.