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Computación

Los pesos pesados más ligeros

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Los netbooks son algo más que portátiles baratos.

  • por Simson Garfinkel | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 23 Abril, 2009

Por el mismo precio de una noche de hotel en Nueva York, hoy día se pueden comprar ordenadores portátiles de 1,5 kilos de peso, capaces de funcionar 7 horas seguidas sin baterías adicionales, y que se puede usar tanto con Windows XP como con el sistema operativo abierto de Linux. Los expertos se burlan de estos “netbooks”, y afirman que sirven para poco más que navegar por internet y para trabajos de edición de poca intensidad. Personalmente, creo que estos pequeños aparatos van a hacer que la industria de los ordenadores personales dé un vuelco.

El Eee PC de Asus está ampliamente considerado como el primer netbook que se lanzó en el mercado estadounidense. Su presentación se llevó a cabo en el otoño de 2007, y por entonces se vendía con un disco de estado sólido (un “flash drive”) de 4 gigas en vez de disco duro, y su sistema operativo era Linux en vez de Windows. Debido a su pantalla de sólo 7 pulgadas y el correspondiente teclado minúsculo, los expertos predijeron que Asus tendría suerte si vendía 300.000 unidades durante su primer trimestre en el mercado. Vendió 350.000. Según datos de la firma de investigación de mercado IDC, el año pasado salieron de fábrica casi 10 millones de netbooks.

El éxito de los netbooks se basa en algo más que su reducido precio. En la actualidad el Eee PC 1000, más avanzado, con un diseño elegante y disponible en varios colores, posee una pantalla de 10 pulgadas (1.024 por 600 pixels), un teclado más grande, un giga de RAM, así como cámara web, altavoz y micrófono. Asus vende distintas versiones del modelo, con discos de estado sólido de hasta 40 gigas, o discos duros convencionales con 80 ó 160 gigas. Además, es posible comprarlos con Linux o Windows XP—un sistema operativo que funciona sin problemas en un aparato tan restringido y pequeño como este, por cierto.

Marcas como Lenovo, Acer, Hewlett-Packard, Dell y otras más pequeñas también ofrecen netbooks. Incluso es posible que Apple esté en fase de desarrollo del suyo: John Markoff, del New York Times, publicó en su blog el año pasado que un proveedor de búsquedas le comentó que “había visto visitas web” de un ordenador de Apple con un tamaño de pantalla entre el de un iPhone y un MacBook.

Howard Locker, director de nuevas tecnologías de Lenovo, señala que la forma correcta de valorar un netbook es como si fueran ordenadores portátiles baratos con procesadores y tarjetas de video que llevaran cuatro años de retraso tecnológico.

“Desde el punto de vista de la capacidad de proceso y de los gráficos, es como si fueran de 2005,” afirma Locker. Pero no pasa nada, añade, porque “el hardware ha avanzado a un ritmo mayor del que la gente necesita, así que puedes usar tecnología de hace cuatro años y no tener ningún problema”, o al menos es así para la mayoría de los usuarios.

Los netbooks existen, según Locker, porque no se ha desarrollado ninguna aplicación ultra potente que necesite de toda la capacidad de proceso que ofrecen los portátiles de última generación actuales. Y tiene razón, a medias.

El hecho es que muchas de estas aplicaciones, que requieren avanzadas plataformas informáticas, se llevan usando desde 2005. Pero todas ellas se ejecutan en los grupos de computación en la nube de compañías como Google, Facebook y Twitter. Para aprovechar al máximo esos servicios, los usuarios demandan una plataforma que puedan llevarse a cualquier sitio. Un peso ligero, y no una determinada capacidad de proceso, es uno de los puntos fuertes en las ventas. Y de ahí el éxito que ha cosechado el netbook.

Rendimiento a un precio económico
Al margen del relativamente pequeño número de usuarios que utilizan juegos de alto rendimiento, o que ven videos de alta definición por internet, la mayoría de los usuarios de ordenador no necesitan toda la capacidad que ofrecen los microprocesadores de gama más alta. Y compañías como Intel o AMD lo saben. Ese es el motivo por el que desde hace cuatro años han invertido la mayor parte del tiempo en otras áreas de innovación, tales como el control de la energía y la integración funcional. La tecnología de los netbooks ha surgido a partir de este tipo de decisiones.

Aunque los netbooks de hoy son similares a los portátiles de 2005 en cuanto a la CPU y capacidad de video—mi PowerBook de 12 pulgadas tiene un procesador de un gigahercio, 512 megas de RAM y un disco duro de 60 gigas—su rendimiento por cada vatio de energía es significativamente más alto que el de los aparatos de 2005. Como resultado, los vendedores de netbooks pueden colocar baterías más pequeñas y ligeras, y al mismo tiempo obtener un mayor tiempo de autonomía que el que tenían las máquinas antiguas.

Hoy día, la mayoría de los tiempos de espera que experimentan los usuarios de PC no se deben a los aparatos en si, sino que son un resultado de la lentitud de las conexiones a la red o de los servidores web. A modo de experimento, conecté un Lenovo S10e a un monitor de 19 pulgadas y vi “The Man Trap”, uno de los episodios originales de Star Trek, directamente a través de la página web de CBS. El reproductor flash tardó 30 segundos en descargarse a través de mi patética conexión DSL pero, una vez que empezó a funcionar, la reproducción fue perfecta.

Así que no sólo son baratos los netbooks, sino que también tienen la potencia suficiente para las operaciones informáticas convencionales. Sin embargo, la razón principal por la que los ingenieros y profesionales con los que he hablado hasta ahora los han comprado ha sido por una cuestión de precio, peso y duración de la batería. Ahí reside la belleza del netbook: todos estos criterios se apoyan el uno al otro.

Los netbooks también son capaces de ejecutar sin problemas las aplicaciones de productividad tradicionales como Microsoft Office. Todos los netbooks con Windows XP que examiné para este artículo venían con una copia completa de Office 2007 instalada y lista para ser usada.

Sin embargo, sólo porque un netbook de 300 dólares sea capaz de ejecutar Microsoft Office, no significa que debiera hacerlo. La copia que viene preinstalada es una de prueba de 60 días; si se quiere usar durante más tiempo hay que comprar una clave de instalación en la tienda de internet de Microsoft por un precio entre los 240 y los 400 dólares. Es difícil justificar el hecho de gastar más en el Office que en el propio netbook—especialmente cuando existen alternativas gratis, tales como Open Office y Google Docs, que cada día mejoran más. El precio tan sumamente bajo del netbook probablemente no sea beneficioso para las ventas del Office de Microsoft—o para las ventas de Windows.

Otro vendedor de software que está a punto de empezar a tener problemas por culpa del netbook es Apple. A lo largo de los últimos meses, han aparecido más de una docena de páginas web en las que se ofrecen instrucciones para que hace que el sistema operativo Leopard de Apple se pueda ejecutar en estos portátiles de bajo coste. Apple no está nada contenta con todo esto; ha llego incluso a obligar a Wired.com a que retirase un video en el que explicaba cómo instalar el OSX en un netbook Wind de MSI.

El problema es que aunque Apple vende el Leopard en sus cajas de envoltorio reducido por poco más de 100 dólares, el software sólo tiene licencia para ser ejecutado con el propio hardware de Apple. Hay quien cree que Apple no debería controlar su software de este modo, de la misma forma que los vendedores de libros de los Estados Unidos no pueden utilizar “acuerdos de licencia” que prohíban a sus clientes que compartan o revendan los libros usados—un principio que técnicamente se conoce como doctrina de la “primera venta”. Finalmente, todas aquellas cuestiones relacionadas con la aplicación de esta doctrina al mundo del software se acabarán resolviendo en los tribunales—probablemente en varios tribunales.

Todo esto no me importaba cuando los portátiles de Apple costaban sólo 200 dólares más que los de la competencia. Pero si el Wind de MSI se vende por 1.500 dólares menos que el Macbook Air, entonces sí tenemos un problema. Hay mucha gente que quiere usar el sistema operativo de Mac pero no quieren pagar el precio extra por el hardware de Apple. Ahora tienen una segunda opción, aunque de legalidad cuestionable.

Las teclas pequeñas son un problema
El tamaño reducido de los netbooks y su peso ligero los hacen mucho más transportables que los portátiles tradicionales. No suelo llevar mi MacBook Pro de 15 pulgadas conmigo, simplemente porque pesa 3,2 kilos, incluyendo el adaptador de red y la batería de repuesto. Sin embargo anduve como si nada con el Aspire One de Acer en mi mochila durante 3 días: metí el aparato en la cartera, me fui a una cafetería y simplemente se me olvidó que lo llevaba conmigo.

¿Y qué ocurre con la usabilidad? Me decidí a llevar a cabo una encuesta básica. No me sorprendió descubrir que la queja principal acerca de los netbooks está relacionada con su teclado, demasiado estrecho y con una posición no estándar de las teclas. Lo he pasado mal con la posición de la tecla de mayúsculas en el Lenovo—siempre acabo apretando la flecha hacia arriba por error. Y en los foros de internet que he visitado las quejas acerca del teclado también sobresalen de los demás comentarios negativos. De forma similar, los usuarios de netbooks a los que he preguntado en las cafeterías y en las conferencias están de acuerdo en que los teclados son molestos. Sin embargo, todos los usuarios insisten en que se acostumbraron al tamaño y a la distribución en sólo unas horas.

Aquellos que prefieran un teclado más grande deberían considerar seriamente el HP Mini 1000. Este aparato tiene teclas de mayor tamaño y distribuidas de forma más tradicional que los otros netbooks: fui capaz de escribir en el 1000 con los ojos cerrados y sin cometer ni un sólo error.

Puesto que la mayoría de vendedores de netbooks también poseen gamas de portátiles de tamaño normal, sospecho que quizá hayan reducido y estrechado los teclados de los netbooks para diferenciarlos de sus portátiles ultraligeros de entre 900 y 2.000 dólares. Sin embargo estos esfuerzos por segmentar el mercado no van a durar mucho, como ya lo están demostrando el Eee PC 1000 y el Mini 1000. Creo que a lo largo del próximo año veremos aparecer este tipo de teclados en los netbooks, puesto que añadir una pulgada al teclado no encarece demasiado el producto y hace que el sistema sea mucho más fácil de utilizar.

Los datos de mi encuesta informal revelaron una sorpresa: nadie se quejó del reducido tamaño de las pantallas de los netbooks. Cierto es que una pantalla de 600 pixels de alto se llena rápidamente sólo con el menú y las barras de botones de las aplicaciones de Microsoft. Por otro lado, la mayoría de las aplicaciones se pueden reconfigurar para hacer un mejor uso de tan preciado y reducido espacio vertical. La limitación en la altura de los netbooks no supone un problema a la hora de visitar páginas web, ya que los netbooks són rápidos a la hora de hacer scroll.

Por último, y puesto que los netbooks tienen entradas de USB y salidas de video estándar, los pequeños teclados y pantallas sólo son un problema al usar el portátil fuera de casa. Una vez en nuestro hogar, podemos usar un teclado, monitor y ratón externos. Los netbooks están destinados a hacer que los portátiles resulten mucho más atractivos ante los usuarios que sólo usan el ordenador en casa.

Desechable y perjudicial

Los netbooks son tan baratos que no es exagerado imaginar que haya quien quiera comprarse uno distinto cada año.

De hecho, el precio de los netbook suponen otro peligro, aunque indirecto, para Microsoft. Dada la existencia de una alternativa tan económica, los usuarios de Windows verán difícil justificar el pasar horas descargando software, instalando aplicaciones y adaptándolas con sus preferencias cada vez que se compren un nuevo aparato. Es por eso que los netbooks acabarán acelerando la tendencia actual de computación en la nube, mediante la que el software y los servicios se acceden a través de la red. Lenovo incluso incluye un inicio rápido basado en Linux que permite al usuario estar conectado a internet en menos de 10 segundos después de encender el aparato.

Es posible que los netbooks amplien el mercado de ordenadores portátiles en Estados Unidos y lleguen a aquellos usuarios que hasta ahora no podían permitirse comprar uno. Pero también pueden llegar a devorar el mercado actual de portátiles, rebajando drásticamente los beneficios de los fabricantes de software y hardware. Este tipo de aparatos probablemente sean malos para Microsoft, Intel y Apple. Pero a Google, Facebook y a Twitter les van a venir estupendamente.

Simson Garfinkel es redactor colaborador de Technology Review.

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