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Computación

Mezclando controladores reales y virtuales

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Un proyecto de Microsoft permite que una pantalla táctil controle otras piezas de hardware.

  • por Kate Greene | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 09 Abril, 2009

Las mesas con pantallas táctiles de gran tamaño se han establecido como una forma útil de que varias personas colaboren en proyectos como la edición de video o el diseño gráfico, pero a veces este tipo de tareas requieren controles muy definidos que son difíciles de simular en una superficie táctil de resolución limitada. Cuando una persona necesita hacer algo con precisión, quizá sea mejor utilizar un controlador físico, señala Dan Morris, investigador en Microsoft.

Morris y sus colegas han desarrollado un software para superficies de pantalla táctil que permite añadir el uso de controles físicos. Además, el software permite a sus usuarios definir las funciones que llevará a cabo cada botón giratorio, botón normal o control deslizante.

Este sistema, denominado Ensemble, se presentó el lunes en la Computer-Human Interaction (CHI 2009) Conference en Boston. Consiste en una mesa táctil hecha a medida de dos metros de largo por un metro de ancho, y varios controles portátiles para la edición de sonido que se conectan al ordenador que controla la superficie. La mesa es similar al Surface de Microsoft, pero de mayor tamaño. Como ocurre con Surface, unas cámaras instaladas bajo la mesa detectan en qué momento el usuario toca la superficie o se coloca un objeto encima de ella.

La idea de incorporar dispositivos de entrada de datos tradicionales como el ratón o el teclado con una pantalla táctil no es nueva, pero los investigadores de Microsoft demuestran que con Ensemble es posible hacer que el hardware realice más de una tarea específica.

Las cámaras instaladas en Ensemble detectan una etiqueta especial colocada en cada botón de los controles de audio para así reconocer cada caja y determinar su posición dentro de la superficie. Después el software produce un “aura” alrededor de cada dispositivo, que incluye controles táctiles como “reproducir,” “pausa,” y “detener,” y unos controladores deslizantes virtuales que se corresponden con los botones giratorios físicos de la caja.

Por ejemplo, una persona puede editar una pista musical usando tanto el dispositivo físico como los controles de la pantalla táctil. Los controles deslizantes virtuales se pueden usar para hacer un zoom de la onda de audio de una pista, o para trasladarse a una localización distinta dentro de la onda. El controlador físico de la caja permite realizar la misma función pero ofrece un control mucho más definido. El sistema también permite que los usuarios cambien las funciones asociadas a los botones para, por ejemplo, pasar a controlar el volumen de una trompeta.

“Es un mecanismo de software que le dice al hardware lo que tiene que hacer,” señala Morris. También nos explica que una vez el usuario ha asignado las distintas funciones a cada uno de los controladores, estas preferencias se pueden guardar para usarlas más tarde o se pueden compartir con otro usuario que vaya a estar realizando una actividad similar dentro del proceso de edición.”

Este estudio, que fue presentado en el CHI 2009 por Rebecca Fiebrink, una estudiante graduada de la Universidad de Princeton, también describe otro estudio que se encargó de examinar la forma en que los usuarios utilizaban la interfaz. La mayoría de los participantes en dicho estudio utilizaron los controladores físicos, motivados por la precisión y el alto grado de respuesta que ofrecen, pero también hicieron un gran uso de los controles táctiles, que eligieron para aquellas tareas principalmente asociadas a toques de pantalla que ofrecían resultados diferenciados, como reproducir o detener una pista de audio.

Robert Jacob, profesor de ingeniería eléctrica en la Universidad de Tufts, en Medford, Massachussets, señala que los investigadores “hicieron un buen trabajo a la hora de estudiar cómo reaccionaban los usuarios al ofrecérseles ambos controles [físicos y táctiles] y la oportunidad de cambiar entre uno y otro.”

Jacob, que presidió la sesión en la que se presentó el estudio, reconoce que reducir la distancia entre los objetos físicos y digitales es un reto. “Es un problema complicado y sin soluciones generales, pero con diseños individuales muy interesantes,” señala. “Lo ideal sería disfrutar de las ventajas que ofrece lo digital pero sin renunciar a las ventajas de lo físico.”

Aunque Ensemble fue diseñado para la edición de sonido, la tecnología sobre la que se sustenta podría encontrar otro tipo de aplicaciones tales como gráficos, juegos y diseño visual, afirma Morris. “Podría usarse para casos en los que queremos que la gente colabore en grupo sobre una misma superficie,” comenta, pero donde la resolución de la superficie táctil haga que la precisión de los controles virtuales se vea limitada.

Computación

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