La compañía asegura que los datos recogidos de algunos usuarios de su nuevo sistema operativo sugieren que estos se están adaptando bien al cambio radical respecto a diseños anteriores.
Nueva
era: Windows 8
está diseñado para ser usado con el tacto, así como con un ratón y un teclado.
A pesar de algunas
críticas mordaces, los usuarios normales se están acostumbrando bien a Windows
8, según informa Julie Larson-Green, ejecutiva de Microsoft encargada de
dirigir el desarrollo de producto de Windows. Los datos
recogidos automáticamente de algunos usuarios de Windows, según ella,
demuestran que se están adaptando sin problemas a algunas de las
características más controvertidas del nuevo sistema operativo.
"Hasta
ahora hemos observado cosas muy alentadoras", asegura Larson-Green
respecto al gran volumen de datos que Microsoft recibe todos los días de
personas que utilizan Windows 8 y que han decidido unirse al "programa de
mejora de la experiencia del cliente". Todos los
usuarios están invitados a inscribirse en dicho programa la primera vez que inician
sesión en el sistema operativo. Si lo hacen, Microsoft recibe
información anónima acerca de cómo se está utilizando el sistema operativo. En
referencia a las quejas de algunos sectores, Larson-Green señala: "A pesar
de los rumores, estamos seguros de que es algo pasajero, en vez de un problema
real".
Windows 8
supone un cambio radical respecto a las versiones anteriores del sistema
operativo, que hoy día es utilizado por alrededor de 1.300 millones de personas.
En lugar del botón Inicio
y el menú utilizados desde 1995, cuenta con una 'pantalla de Inicio', un
colorido despliegue de paneles que funcionan como accesos directos a programas
y también muestran notificaciones. Este entorno está optimizado para la
computación táctil. Muchos
programas de software también tienen dos versiones: una para la interfaz de
escritorio normal y una para la nueva basada en paneles.
Aunque algunos
nuevos usuarios tendrán dificultades para entender estas características,
Larson-Green afirma que el 90 por ciento necesitan una única sesión para
descubrir las dos que son más cruciales para el diseño de la interfaz.
Dichas características son
la pantalla de Inicio y 'Charms', un menú que ofrece accesos directos a los que
se puede acceder mediante gestos del ratón o el dedo.
Los datos
recopilados por Microsoft también muestran que con el tiempo las personas se
familiarizan cada vez más con las nuevas características, señala Larson-Green.
Anteriormente, dirigió un
rediseño de la interfaz de Microsoft Office que, en 2007, sustituyó los menús
basados en texto por una 'interfaz de cinta' más visual, un cambio
inicialmente polémico y que ahora es ampliamente aceptado como buen ejemplo de
diseño. "Con
Office solíamos decir entre dos días y dos semanas, y ocurre algo similar con
Windows 8", afirma.
Los
resultados sugieren que incluso los que inicialmente se aferran a las partes de
Windows 8 que se asemejan a anteriores escritorios de Windows finalmente logran
relajarse, señala Larson-Green: "Hay un punto de inflexión, alrededor de
las seis semanas, en el que empiezas a usar las cosas nuevas más que aquellas
con las que estás familiarizado". Añade que la
falta de tutoriales o instrucciones detalladas sobre cómo adaptarse a Windows
8, algo que ha generado quejas, es una elección deliberada.
Las pruebas han demostrado
que, aunque la gente crea que los tutoriales son 'reconfortantes, no ayudan a
retener mucha información y son una pérdida de tiempo.
Las
afirmaciones de Larson-Green divergen radicalmente con muchas opiniones de
periodistas y bloggers de tecnología. También van en contra de los
resultados de un pequeño estudio de investigación realizado por el influyente
consultor de usabilidad Jakob Nielsen, que pidió a 12 personas que pasaran una
hora con Windows 8. Sobre la base de su experiencia (y de la
personal) llegó a la conclusión de que ofrece "una usabilidad decepcionante
para principiantes y para usuarios más habituales".
Nielsen
asegura que los indicadores de Larson-Green no pueden captar el verdadero
problema de Windows 8. "Parece plausible que los
usuarios puedan aprender a usar Windows 8 a un nivel en el que no estén
constantemente confundidos después de dos semanas", señala. "La verdadera pregunta es
si en ese momento habrán alcanzado un mayor nivel de productividad del que
tenían antes".
Nielsen cree
que incluso una vez que las características de Windows 8 resulten familiares,
el sistema operativo exige más a los usuarios que las versiones anteriores:
deben recordar la forma de funcionar tanto en un entorno de escritorio como con
la nueva pantalla de Inicio y aplicaciones relacionadas, que funcionan de
manera muy diferente. El resultado, asegura, es que
los usuarios domésticos pueden tener la tentación de pasarse a una alternativa,
como por ejemplo un ordenador de Apple, mientras que los trabajadores
simplemente lograrán hacer menos. "Mi estimación es que los
usuarios avanzados no conseguirán una mayor productividad con Windows 8 de la
que conseguían con Windows 7", afirma. "Me temo que van a
conseguir una menor productividad".
Elizabeth Mynatt,
directora del Instituto de Gente y Tecnología en Georgia Tech (Estados Unidos)
e investigadora en el campo de la interacción humano-ordenador, afirma que una
de las mediciones más importantes de la usabilidad de una interfaz informática
nueva es el modo en que la gente progresa con el tiempo desde su primera
impresión, algo que Nielsen y otros críticos independientes no han medido aún.
"La
gente avanza a trompicones, en vez de terminar yendo por el camino
equivocado", indica. "Nada de eso se suele
publicar en el tipo de críticas que resaltan el notable cambio de aspecto".
Hacer que las características cruciales sean
'invisibles' ocultándolas bajo un diseño elegante es un error común que impide
el progreso, añade.
Los datos de
Larson-Green sugieren que Microsoft ha conseguido al menos hacer que
características tales como la pantalla de Inicio y los 'Charms' sean visibles
para la mayoría de usuarios. Pero, tal y como señala
Nielsen, eso no significa que todo el mundo sienta que el esfuerzo puesto en
descubrir y dominarlas valga la pena.
La verdadera pregunta,
señala Nielsen, es "cuánto tiempo tardan en recuperar las dos semanas que
han puesto en el aprendizaje inicial".