El 'rover' marciano halla posibles pistas de compuestos necesarios para la vida, pero se necesitan más análisis para asegurarse de que no sea contaminación de la Tierra.
Dos muestras: Rastros en el suelo marciano de las cucharadas de muestra tomadas por Curiosity.
La NASA anunció esta semana que el vehículo Curiosity Mars ha encontrado pequeñas cantidades de compuestos simples (los bloques de construcción orgánicos de la vida) en tres muestras de suelo marciano, pero advirtió que es demasiado pronto para decir si el carbono que hay en el material proviene del planeta rojo o ha llegado allí desde la Tierra. Varios experimentos tanto dentro del vehículo como en laboratorios de todo el mundo intentarán encontrar la respuesta en las próximas semanas.
La materia orgánica no es evidencia de que haya vida, ya que por ejemplo puede encontrarse en los cometas, pero sí forma parte de los bloques básicos de la vida, y nunca ha sido encontrada en Marte, lo que ha generado un auténtico frenesí tras su posible descubrimiento por Curiosity.
SAM, las siglas en inglés de Análisis de Muestras en Marte, es el instrumento capaz de encontrar material orgánico -o que contenga carbono- en muestras de suelo o roca marcianos. Los científicos responsables del vehículo congregados esta semana para hablar sobre los hallazgos de SAM en la reunión de la Unión Geofísica Americana de San Francisco (Estados Unidos) señalaron que no tenían pruebas definitivas de la existencia de productos orgánicos en Marte. Unos compuestos orgánicos simples llamados clorometanos se produjeron en pequeñas cantidades cuando SAM calentó suelo tomado de una zona de arena llamada 'Rocknest'.
Si el carbono es de Marte podría provenir de minerales, como el carbonato de magnesio, o de compuestos orgánicos que hayan caído en el planeta desde meteoritos o, tal vez, se formaron allí por la acción de la vida.
El problema, según el científico de SAM Michel Cabane de la Universidad Pierre y Marie Curie de París (Francia), es que el carbono podría haber venido de la Tierra, quizá como remanente de cuando se utilizó material orgánico para probar el instrumento antes del lanzamiento.
Por tanto, ¿cómo va a analizar el equipo si hay contaminación terrestre?
El científico jefe de SAM, Paul Mahaffy, desde el Centro de Vuelos Espaciales Goddard en Greenbelt, en Maryland (EE.UU.), señala que una de las formas consiste en perforar una de las cinco piezas de cristal especialmente dopado que hay a bordo de Curiosity y pasar ese material a través del sistema de análisis de muestras. "Si vemos el mismo material que se cree que proviene de Marte tendremos que parar la especulación y plantearnos que podría ser materia terrestre", afirmó Mahaffy en la conferencia.
Incluso si el carbono viniera de Marte podría no haberse formado allí. Se cree que docenas, si no cientos, de toneladas métricas de materia orgánica caen en el planeta rojo cada año en forma de meteoritos. El estudio de la relación entre los diferentes isótopos de carbono, algo que SAM está capacitado para hacer, podría ayudar a distinguir entre un meteorito y una fuente de carbono terrestre, señala Cabane.
Los isótopos también pueden dar algunas pistas acerca de si el carbono encontrado en Marte proviene de la vida. En la Tierra, la vida utiliza más carbono-12 que carbono-13, así que ver una huella similar en el planeta rojo podría insinuar una fuente biológica.
Los otros instrumentos del vehículo también proporcionarán contexto útil para averiguar si el carbono se ha formado en el planeta en sí, a través de los procesos geoquímicos de la vida, o si cayó desde el espacio. Esto es debido a que la medición de la composición mineral exacta de una muestra de roca, algo que un instrumento llamado CheMin es capaz de hacer, muestra las condiciones en que se formó. "Como pueden ver, estamos ante una vía de decisión complicada y tenemos que explorar cada opción de forma sistemática", señaló John Grotzinger durante la sesión informativa. Grotzinger es miembro de Caltech (Universidad de Tecnología de California, EE.UU.) y científico principal de la misión.
"Tenemos mucho trabajo por hacer", concuerda Cabane, y añade que el equipo de SAM tiene previsto realizar en el Centro Goddard y en París diferentes mezclas de productos químicos a través de equipos similares al instrumento que opera en Marte, para ver qué combinaciones concuerdan mejor con los resultados reales de SAM.
SAM también continuará tomando muestras de Marte. El instrumento solo ha analizado muestras de suelo arenoso; la primera el 9 de noviembre. Éstas procedían de justo debajo de la superficie, un lugar donde la radiación solar y las partículas procedentes del espacio (junto con los gases reactivos en la atmósfera, como el peróxido de hidrógeno) deberían destruir las moléculas orgánicas. "No nos sorprendería necesariamente el hecho de que este montón de arena no fuera rico en materia orgánica", indicó Mahaffy en la reunión. "Ha estado expuesta al duro ambiente marciano".
Los científicos responsables del vehículo pasarán las próximas semanas buscando una roca que perforar. Si están presentes, "las moléculas orgánicas en la roca debían ser más prístinas" que en el suelo poroso, señala Cabane, ya que deberían estar más protegidas de la radiación y de los rayos cósmicos.