Intel ha perdido la oportunidad de pasarse a la computación móvil y ahora se encuentra en una posición precaria.
En lo relativo a su negocio principal, desde el año 2000 Intel ha hecho casi todo bien, manteniendo su dominio en el mercado de microprocesadores para PC y poniendo una distancia considerable frente a sus competidores en el mercado de chips para servidores. Sin embargo, la empresa se encuentra en una posición muy difícil: los ordenadores son cada vez más móviles y la parte de Intel en el mercado de los microprocesadores está cayendo en picado.
Tal y como se muestra en el gráfico, el 61 por ciento de todos los dispositivos informáticos vendidos en 2011 fueron de tipo móvil, frente a menos del 1 por ciento en el año 2000. Puesto que la mayoría de estos dispositivos se basan en tecnologías ajenas a Intel, la participación de la compañía en el mercado total de procesadores en dispositivos informáticos ha caído del 80 por ciento a alrededor del 30 por ciento.
La compañía finalmente está entrando en el ámbito móvil, aunque de forma muy discreta. El Grupo Linley prevé que Intel tome un 0,7 por ciento de las ventas de procesadores móviles en 2012. Hasta ahora su escasa participación no le ha supuesto un problema puesto que el mercado de los chips móviles en su conjunto sigue siendo relativamente pequeño: las previsiones apuntan a un valor de 5.000 millones de dólares (3.933 millones de euros) en 2012, frente a 31.000 millones (24.386 millones de euros) para PC y cerca de 10.000 (7.866) para servidores. Pero a medida que el mercado de PC se ralentice y la popularidad de los teléfonos inteligentes y las tabletas siga aumentando a nivel mundial, Intel tendrá que adaptarse si no quiere quedarse atrás.