La tendencia hacia la polarización se ha acentuado aún más este año, en el que numerosos esfuerzos en los campos tanto del hardware como del software se han centrado tanto en pequeños aparatos móviles, como en inmensos centros de datos.
En 2011 se ha seguido marginando al ordenador personal. A pesar de que los PC siguen siendo el aparato informático más utilizado en hogares y oficinas, las innovaciones más emocionantes a lo largo de los últimos 12 meses se han centrado en la computación a pequeña escala, la computación a gran escala y las combinaciones en red de ambas.
Evidentemente, las innovaciones más visibles dentro de los desarrollos en la computación a pequeña escala en forma de hardware portátil de consumo general han sido la tableta iPad2 y el teléfono inteligente Galaxy Nexus. La mayoría de estos aparatos ligeros usan chips diseñados por ARM, lo que ha empujado a Intel, que es más conocida por sus procesadores para ordenadores de sobremesa y portátiles, a desarrollar prototipos para smartphones y tabletas que con casi toda certeza avisan de la llegada de nuevos rivales para el iPhone y el iPad de Apple en 2012 y 2013.
También hemos asistido a una ingente actividad de desarrollo del software que hace funcionar a estos aparatos y del que se usa en ellos. Hewlett-Packard intentó (y fracasó) entrar en el mercado de los teléfonos móviles con un sistema operativo, WebOS, que se consideró en general mejor que el hardware con el que funcionaba. Aún está por ver si Research in Motion será capaz de reanimar la suerte de la BlackBerry con el anuncio de su nuevo sistema operativo móvil. Y hubo actualizaciones importantes para dos de los pesos pesados del mundo de los sistemas operativos: Google y Apple. Google ha lanzado Android 4.0 (sistema al que se conoce también con el nombre de “sándwich de helado”) en septiembre. Con Android 4.0, los fabricantes de tabletas y teléfonos ya no tienen que usar versiones distintas de Android para unas y otros y además el sistema operativo cuenta con características como el reconocimiento facial. En octubre, coincidiendo con el lanzamiento del iPhone 4S, Apple presentó su sistema operativo iOS 5, que cuenta con Siri, una ayudante digital activado por la voz.
Estos nuevos aparatos y sistemas operativos han llevado a una explosión de aplicaciones móviles en campos como los pagos electrónicos, el cuidado de la salud, la realidad aumentada y los juegos. La riqueza y variedad de estas aplicaciones está provocando un cambio en la política informática de las empresas, ya que a un número cada vez mayor de trabajadores se le permite llevar sus propios aparatos al trabajo.
Pero gran parte de esta flexibilidad móvil solo es posible gracias la computación en nube, que permite a los aparatos enviar limpiamente tareas complejas a los centros de datos. El Kindle Fire es esencialmente un terminal para los servicios en la nube de Amazon, por ejemplo. Y Siri, la ayudante de Apple, no funciona sin una conexión a la red. En consecuencia, las empresas han estado construyendo una nueva generación de centros de datos, diseñados para manejar la carga de computación en nube lo más eficazmente posible. HP y Calxeda son pioneros en el uso de servidores con chips de bajo consumo, diseñados inicialmente para aparatos móviles con limitación de batería, en una apuesta por reducir los inmensos facturas eléctricas de los centros de datos.
Unir la computación en nube con los aparatos comercializados para el público en general ha supuesto que mucha información personal (y de las empresas) ha migrado al ciberespacio este año, haciendo que los temas relacionados con la seguridad y la intimidad estén muy presentes. Si bien hay quien argumenta que tus datos están mejor en la nube, algunos investigadores siguen preocupados por los agujeros que podrían aprovechar los delincuentes.