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Computación

Los robots acuden al rescate en Japón

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Pueden servir de ayuda en los intentos para que la planta de Fukushima esté bajo control, aunque generalmente son costosos y problemáticos.

  • por Kristina Grifantini | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 29 Marzo, 2011

La semana pasada iRobot, con sede en Estados Unidos envió cuatro robots para ayudar con los esfuerzos de recuperación en la central nuclear de Fukushima, dañada como consecuencia de un terremoto de magnitud 9 y un tsunami el 11 de marzo.

Los esfuerzos de los trabajadores para que los reactores de la planta estén bajo control se han visto obstaculizados por los altos niveles de radiación, y se espera que los robots puedan ayudar a inspeccionar e incluso reparar partes de los reactores mediante el trabajo en áreas demasiado peligrosas para los seres humanos.

iRobot envió cuatro robots a Japón: dos robots ligeros y portátiles llamados PackBots (que cuestan alrededor de 100.000 dólares cada uno), y dos robots grandes y pesados ​​llamados Warriors, que se espera se pongan a la venta este verano. Los PackBots, que pesan unas 60 libras, usan cintas tipo oruga para moverse y un largo brazo extensible con una cámara y una pinza en el extremo; ya son utilizados por los militares de EE.UU. para la desactivación de bombas. El Warrior pesa 350 libras y posee una gran pinza robótica en el extremo de un brazo de dos metros de largo capaz de levantar hasta 200 libras. Es mucho más fuerte que el PackBot, afirma Tim Trainer, vicepresidente de operaciones de iRobot.

"No sabemos si serán utilizados para fines de búsqueda y salvamento, o para los esfuerzos en la planta nuclear—eso lo tienen que determinar los japoneses", señala Trainer. Los robots dependen de un controlador humano. Los cuatro han sido equipados con fibra óptica para las comunicaciones, en el caso de que las señales de radio no funcionen en el entorno altamente radiactivo de la planta. Un equipo de iRobot se encuentra actualmente en Japón y cuenta con operadores capacitados para utilizar los robots. Los robots pueden actuar como "ojos y oídos en un ambiente peligroso, para mantener a un operador humano seguro", afirma Trainer.

La mayoría de los robots comerciales no están diseñados para ser utilizados en este tipo de ambiente.

Max Lungarella, experto en robótica del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad de Zurich en Suiza, y director de tecnología en Dynamic Devices, afirma que los robots móviles de rescate—los tipos normalmente utilizados en el campo para labores de rescate o vigilancia—poseen sensores que no están bien protegidos frente a la radiación. Afirma que sería más difícil operarlos sin comunicaciones por radio, que a menudo se vuelven ruidosas durante un desastre.

Lungarella añade que la construcción de robots diseñados para soportar altos niveles de radiación sería difícil. "Para los entornos radiados, se necesita que los robots sean particularmente robustos", asegura. "Estos robots suelen ser bastante grandes, lentos, y poseen sólo unas pocas CPU y sensores".

Algunos expertos también cuestionan la utilidad de los robots después de un desastre en la planta nuclear. Algo tan simple como una puerta cerrada podría impedir que un robot hiciera su trabajo.

"Creo que lo mejor que pueden hacer los robots por ahora es obtener información que los trabajadores de rescate de otro modo no podrían obtener, a menos que se expusiesen a riesgos y peligros innecesarios", afirma Howie Choset, experto en robótica de la Universidad Carnegie Mellon, que ha desarrollado varios robots de búsqueda y rescate. Cuando las cámaras en las centrales nucleares fallan, afirma, "entrar y conseguir el conocimiento de la situación es de suma importancia". Sin embargo la realización de tareas de manipulación—incluso algo tan simple como abrir una puerta—sería "muchos órdenes de magnitud más difícil", añade Choset.

Sin embargo, en Francia, el Grupo Intra está desarrollando una flota de robots diseñados para ayudar en las centrales nucleares mediante la medición de la radiación y la observación en situaciones en las que las personas no pueden ser partícipes.

Michael Golay, profesor de ciencia nuclear e ingeniería en el MIT, afirma que, aunque la energía eléctrica se ha restablecido en Fukushima, los trabajadores se sirven de instrumentos de mano y linternas para evaluar qué áreas han sido contaminadas. "Este es el tipo de cosa para la que podría usarse un robot", afirma.

No obstante Golay afirma que es mucho más probable que los robots sean utilizados durante la limpieza que durante las etapas críticas de un accidente, y cree que los robots podrían servir de ayuda a largo plazo en Japón. Después de Three Mile Island, el combustible fue sacado del reactor y se transfirió a barricas de envío. "Me imagino que en Japón harán algo similar. No querrán dejar todo este material radiactivo, como en Chernóbil", afirma. "Esta limpieza es probable que dure más de una década. Algunas capacidades robóticas que no existen en la actualidad podrían crearse a tiempo para ser útiles".

Trainer explica que hay grandes oportunidades para la robótica dentro de las misiones sucias y peligrosas. "Nuestros robots están diseñados para entornos abruptos y austeros", afirma. "Son capaces de saltar por encima de los escombros, subir escaleras y negociar situaciones diferentes".

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