Inteligencia Artificial
La IA puede impulsar la creatividad de algunos, pero limitarla en su conjunto
Aunque puede potenciar la creatividad individual en algunos casos, los modelos de lenguaje parecen homogeneizar y aplanar nuestra producción colectiva, según una investigación
Los modelos generativos de IA han simplificado y agilizado la producción de todo tipo de productos, desde pasajes de texto e imágenes hasta videoclips y pistas de audio. Textos y medios que los humanos habrían tardado años en crear ahora pueden generarse en segundos.
Pero, aunque los resultados de la IA pueden parezcan creativos, ¿puede decirse que estos modelos potencien la creatividad humana?
Eso es lo que dos investigadores se propusieron explorar en una nueva investigación publicada hoy en Science Advances, en la que estudiaron cómo las personas utilizaban el gran modelo de lenguaje GPT-4 de OpenAI para escribir historias cortas.
El modelo resultó útil, pero sólo hasta cierto punto. Descubrieron que, aunque la IA mejoraba la producción de los escritores menos creativos, apenas influía en la calidad de los relatos producidos por escritores que ya eran creativos. Además, las historias en las que había intervenido la IA eran más parecidas entre sí que las ideadas íntegramente por humanos.
El estudio se suma al creciente número de trabajos que investigan cómo la IA generativa afecta a la creatividad humana, sugiriendo que, aunque el acceso a la IA puede ofrecer un impulso creativo a un individuo, reduce la creatividad en conjunto.
Para entender el efecto de la IA generativa en la creatividad humana, primero hay que determinar cómo se mide la creatividad. En este estudio se utilizaron dos parámetros: novedad y utilidad. La novedad se refiere a la originalidad de una historia, mientras que la utilidad en este contexto refleja la posibilidad de que cada historia corta resultante pueda convertirse en un libro u otra obra publicable.
En primer lugar, los autores reclutaron a 293 personas a través de la plataforma de investigación Prolific para que completaran una tarea diseñada para medir su creatividad inherente. Los participantes debían proporcionar 10 palabras lo más diferentes posible entre sí.
Los grandes modelos lingüísticos imitan cada vez mejor la creatividad humana. Pero eso no significa que sean realmente creativos.
A continuación, se pidió a los participantes que escribieran una historia de ocho frases para jóvenes adultos sobre uno de estos tres temas: una aventura en la selva, en alta mar o en un planeta diferente. Pero antes se les dividió aleatoriamente en tres grupos. El primer grupo tenía que confiar únicamente en sus propias ideas, mientras que al segundo se le daba la opción de recibir una única idea de historia de GPT-4. El tercer grupo podía optar por recibir hasta cinco ideas del modelo de IA.
De los participantes con la opción de recibir ayuda de la IA, la gran mayoría -88,4%- la aprovechó. A continuación, se les pidió que evaluaran la creatividad de sus historias antes de que otro grupo de 600 participantes las revisara. A cada revisor se le mostraron seis historias y se le pidió que diera su opinión sobre las características estilísticas, la novedad y la utilidad de la historia.
Los investigadores descubrieron que los escritores con mayor nivel de acceso al modelo de IA eran los que mostraban mayor creatividad. De ellos, los más beneficiados fueron los escritores que habían obtenido una puntuación menos creativa en la primera prueba.
in embargo, las historias producidas por escritores que ya eran creativos no obtuvieron el mismo impulso. "Observamos un efecto de nivelación en el que los escritores menos creativos obtienen los mayores beneficios", afirma Anil Doshi, profesor adjunto de la Escuela de Administración de la UCL (Reino Unido) y coautor del estudio. "Pero no vemos ningún tipo de beneficio respectivo en las personas que ya son intrínsecamente creativas".
Las conclusiones tienen sentido, dado que las personas que yason creativas no necesitan realmente utilizar la IA para serlo, afirma Chakrabarty, investigador en informática de la Universidad de Columbia, especializado en IA y creatividad, pero que no participó en el estudio.
Aprovechar la ayuda del modelo también puede tener algunos inconvenientes. Según Chakrabarty, las historias generadas por la IA son similares en cuanto a semántica y contenido, y la escritura generada por la IA está llena de indicios reveladores, como frases muy largas y cargadas de exposición que contienen muchos estereotipos.
"Este tipo de idiosincrasias probablemente también reducen la creatividad general", afirma. "La buena escritura consiste en mostrar, no en contar. La IA siempre está contando".
Dado que las historias generadas por modelos de IA sólo pueden basarse en los datos con los que se han entrenado esos modelos, las producidas en el estudio eran menos distintivas que las ideas que se les ocurrieron a los participantes humanos por su cuenta. Si la industria editorial adoptara la IA generativa, los libros que leemos podrían volverse más homogéneos, porque todos serían producidos por modelos entrenados con el mismo corpus.
Por eso es esencial estudiar qué pueden hacer bien los modelos de IA y, sobre todo, qué no pueden hacer bien, mientras entendemos lo que significa para la sociedad y la economía esta tecnología en rápido desarrollo, según explica Oliver Hauser, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Exeter, otro de los coautores del estudio. "Que la tecnología pueda ser transformadora no significa que vaya a serlo", afirma.