La misión de seguimiento de tormentas más grande jamás vista está actualmente recopilando datos científicos que anteriormente eran imposibles de conseguir.
Mientras el huracán Earl se mueve a gran velocidad hacia la costa este de los Estados Unidos, los residentes de la costa no saben si deberían evacuar en caso de que la tormenta toque tierra. Dependen de los análisis de los modelos por ordenador de los meteorólogos, pero sus predicciones difieren. Una nueva misión de seguimiento de huracanes que está en marcha en este momento espera reducir esta incertidumbre mediante la recopilación de datos atmosféricos y ambientales sobre las tormentas nunca antes obtenidos.
La NASA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglaes en inglés), y la Fundación Nacional de Ciencia (NSF, por sus siglas en inglés) están llevando a cabo la mayor misión de seguimiento de tormentas tropicales y huracanes hasta la fecha. La misión implica el vuelo simultáneo de hasta siete aeronaves, cada una equipada con instrumentos sofisticados, para recopilar datos desde el momento del nacimiento de la tormenta hasta su disipación.
"Hay mucho que no sabemos acerca de las tormentas--¿por qué se intensifica rápidamente? ¿Cómo afectan cosas como los aerosoles, la humedad atmosférica, y las corrientes oceánicas al desarrollo de una tormenta?", indica Gerry Heymsfield, científico de la misión de la NASA. "Las nuevas medidas que estamos obteniendo mejorarán significativamente nuestra comprensión y, en definitiva, mejorarán los modelos de previsión."
Este proyecto colaborativo de seguimiento de huracanes incluye tres misiones distintas: el experimento Génesis y procesos de rápida intensificación de la Nasa, el cual se centrará en cómo las tormentas tropicales se forman y se desarrollan en huracanes; el Experimento de previsión de intensidad de la NOAA, diseñado para entender mejor y predecir los cambios de intensidad en las tormentas como el huracán Earl y el proyecto Investigación predepresión de sistemas de nubes en los trópicos de la NSF, que estudiará las etapas iniciales de una tormenta. Las misiones comenzaron a finales de agosto y continuarán hasta finales de septiembre. El huracán Earl, destaca Heymsfield, será una de las primeras tormentas en producir suficientes datos como para dar resultados convincentes.
El lunes, el DC-8 de la NASA y los dos aviones a reacción de la NOAA volaron a través del huracán Earl a su paso por el Caribe. Aunque se requerirán varios años para analizar la mayor parte de la información recogida, las aeronaves obtienen algunos datos en tiempo real utilizando radiosondas lanzables, que son unos globos que se dejan caer en la tormenta. Las radiosondas miden la temperatura de la tormenta, la humedad y la presión. Esta información proporciona un perfil del huracán que puede ser asimilado en modelos matemáticos para predecir su trayectoria e intensidad. Otros instrumentos fijos en los aviones miden cosas tales como la tasa de precipitación, la distribución de las nubes, los vientos, el contenido de agua y el perfil de las partículas.
Michael Black, investigador meteorólogo de la División de Investigación de Huracanes de la NOAA, afirma que el mayor impacto del proyecto debería venir del Global Hawk de la NASA, un avión no tripulado que lleva nuevos instrumentos científicos. A diferencia de los aviones tripulados, el Global Hawk puede volar durante 30 horas y en altitudes elevadas; también puede recopilar datos más detallados que un satélite y puede ser colocado para vigilar un área durante extensos períodos de tiempo. (Technology Review escribió acerca de las capacidades del avión robótico aquí.)
"El Global Hawk puede colocarse sobre el huracán y mirar a su interior para recoger la información que no tenemos sobre la parte superior de la tormenta", señala Black. En la parte superior del huracán, el flujo del viento se invierte, así que en vez de hacer una espiral hacia el centro, la espiral es hacia fuera. El equilibrio del flujo de viento entre la parte superior e inferior de una tormenta es lo que le permite intensificar de un ciclón--una zona cerrada de rápida circulación del viento--a un huracán.
El Global Hawk despegó de la base de las fuerzas aéreas Edward, en California, el miércoles por la noche para realizar su primer vuelo sobre el huracán Earl y el seguimiento de la tormenta durante 24 horas.
La carga útil del Global Hawk incluye dos nuevos instrumentos desarrollados por la NASA, uno para recopilar vectores horizontales de viento y vientos superficiales del océano, y un segundo para medir y crear una distribución 3-D de la temperatura, el vapor de agua, y la nube de agua líquida. (Un tercer nuevo instrumento de la NASA que mide fuertes vientos de la superficie del océano a través de fuertes lluvias estará a bordo de la aeronave WB-57, que también está volando a cargo de la NASA.) Estos tres instrumentos son más sofisticados y ofrecerán mejores medidas que cualquier otra cosa utilizado actualmente, afirma Heymsfield.
T.N. Krishnamurti, profesor de meteorología de la Universidad Estatal de Florida, señala que la nueva misión de seguimiento de huracanes es única y que ayudará a los investigadores a desarrollar modelos más exactos de futuras tormentas. Tener una mejor idea del camino y de la intensidad de las tormentas puede ayudar a los grupos de respuesta de emergencias a prepararse mejor. "En un huracán suceden tantas cosas complejas--se forma un núcleo caliente, los vientos rápidos, las bandas de lluvia, y las corrientes oceánicas crecen desenfrenadamente--y no hemos tenido acceso a la observación de todas estas cosas a la vez", indica Krishnamurti.