"Escuchen a las mujeres negras", clama la experta en informática Nicki Washington, quien pasa gran parte de su tiempo hablando con sus colegas, mayoritariamente masculinos y de piel clara, sobre cómo sus identidades influyen en su trabajo y en la productividad e impacto de todo el sector
Nicki Washington podría pasar por socióloga porque lleva mucho tiempo argumentando que los informáticos como ella deberían comprender mejor cómo sus propias identidades afectan su trabajo. Se unió a la Universidad de Duke (EE. UU.) en junio de 2020 e ideó un innovador curso que analiza el impacto de la raza, el género y la clase social en el desarrollo de las tecnologías.
Hemos hablado sobre los desafíos en la computación en torno a la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) y sobre cómo encontró su camino en este campo.
Los estudiantes del Departamento de Informática de la Universidad de Duke son mayoritariamente hombres blancos o asiáticos. ¿Cómo decidió abordar la raza, el género y la clase social en su curso?
Siendo muy consciente de la falta de diversidad en el mundo tecnológico, siempre he trabajado para lograr que más estudiantes negros y de piel oscura se iniciaran en la informática. Después de un tiempo, me di cuenta de que eso ya no tenía sentido, porque no se iban a quedar en el sector si sufrían el racismo. Tenemos que cambiar la mentalidad de la fuerza laboral abrumadoramente blanca, asiática y de hombres para que reconozcan que las nuevas perspectivas conducen a más innovación.
Cree que la informática necesita más dosis de ciencias sociales. ¿Por qué?
Los problemas en el sector tecnológico no comienzan con la tecnología, sino con el entorno en el que las personas aprenden y trabajan. Algunas disciplinas, como la atención sanitaria, enseñan las capacidades culturales porque trabajan con clientes y pacientes de una gran variedad de orígenes e identidades. ¿Por qué no estamos haciendo lo mismo en informática cuando la tecnología que estamos desarrollando afecta a esas personas de formas igualmente dañinas?
¿Por qué los esfuerzos de diversidad no han tenido más éxito?
Porque se centran en aumentar los números y la representación. Pero cuando haya más personas de las minorías, ¿entonces qué? Si no se ha cambiado el entorno, se irán tan pronto como lleguen.
Desde la universidad hasta la industria, todos los esfuerzos se han enfocado en el déficit de las personas con identidades más marginadas o minoritarias. Esas personas no son el problema, sino lo son todos los que las marginan.
¿Qué pueden hacer los que están en el poder?
Las personas en posiciones de poder tienen que reconocer que no son las que más saben sobre estos asuntos. Por eso, ante todo, ¡escuchen a las mujeres negras! Las mujeres negras nos han estado diciendo cuáles son los problemas en muchos niveles. En segundo lugar, uno tiene que intentar estar lo más incómodo posible y aceptar esa incomodidad, lo que significa desaprender y ceder espacio.
¿Cómo influyó en sus decisiones profesionales el hecho de tener una madre que era científica informática?
Cuando mi mamá se licenció en 1973, fue marginada, ignorada y tuvo que lidiar con unos jefes problemáticos. También tenía un pequeño grupo de amigos que habían terminado sus carreras en universidades negras y comenzaron a trabajar en IBM al mismo tiempo. Así que, cuando la gente habla de lo importante que es la representación, para mí realmente lo era. Para mí era normal ver a programadores, ingenieros y directivos que se parecían a mí físicamente.