En su nuevo libro, 'Cómo evitar un desastre climático', Bill Gates detalla las políticas radicales y los avances tecnológicos necesarios para tener alguna posibilidad de que el calentamiento global no supere los 2 °C. Critica iniciativas como Trillion Trees y pide a los países ricos que apuesten por la carne sintética
Aunque se deja fuera algunos puntos clave del problema de la emergencia climática, en su nuevo libro, How to Avoid a Climate Disaster (Cómo evitar el desastre climático), Bill Gates expone lo que considera realmente necesario para eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero.
El cofundador de Microsoft, que actualmente copreside la Fundación Bill y Melinda Gates y es presidente del fondo de inversión Breakthrough Energy Ventures, mantiene su argumento previo de que necesitamos numerosos avances energéticos si queremos tener alguna posibilidad de limpiar todas las partes de la economía y las regiones más pobres del mundo. El libro analiza las tecnologías necesarias para reducir las emisiones en los sectores "difíciles de resolver" como el acero, el cemento y la agricultura.
Gates resalta que gracias a la innovación será más barato y políticamente más factible reducir o prevenir las emisiones para todos los países. Pero también responde a algunas de las críticas de que sus recetas climáticas se centran demasiado en los "milagros energéticos" a expensas de políticas gubernamentales más agresivas.
Los capítulos finales del libro presentan largas listas de distintas formas en las que las naciones podrían acelerar el cambio, incluida la subida del precio del carbono, los estándares de la electricidad limpia y del combustible limpio y mucha más financiación para I+D. Gates pide a los gobiernos que quintupliquen sus inversiones anuales en tecnologías limpias, una medida que añadiría 35.000 millones de dólares (28.848 millones de euros) solo en Estados Unidos.
Gates se describe a sí mismo como un optimista contenido. Dedica un capítulo completo a describir lo difícil que resulta abordar el problema del cambio climático. Y mientras que constantemente asegura que sí podemos desarrollar la tecnología necesaria para evitar el desastre; la fe que tiene en que de verdad se lleven a cabo no está muy clara.
Hablé con Gates en diciembre sobre su nuevo libro, los límites de su optimismo y cómo ha evolucionado su visión sobre el cambio climático.
[Gates invierte, ya sea personalmente o a través de Breakthrough Energy Ventures en varias de las empresas que menciona a continuación, incluidas Beyond Meats, Carbon Engineering, Impossible Foods, Memphis Meats y Pivot Bio.]
En el pasado, parecía que usted se iba a alejar del lado político del cambio climático, algo que generó algunas críticas por su excesiva orientación a la innovación. ¿Ha cambiado su forma de pensar o la parte política en su libro fue una decisión deliberada?
No, es algo absolutamente razonable. En general, siempre prefiero que se pueda innovar sin tener que involucrarse en temas políticos. Es más natural para mí encontrar a un gran científico y respaldar varios enfoques.
Pero la razón por la que sonrío cuando se me pregunta por eso es porque en nuestro trabajo de salud global, llevo toda una década reconociendo que para tener el impacto que queremos, tendremos que trabajar de una manera muy profunda tanto con los gobiernos donantes como con los gobiernos receptores que realmente crean estos sistemas de atención primaria de salud.
Al principio, mi ingenuo punto de vista era: "A ver, yo crearé una vacuna contra la malaria y otras personas se encargarán de llevarla al terreno". Claramente, eso no era una buena idea. Me di cuenta de que, para muchas de estas enfermedades, incluidas la diarrea y la neumonía, en realidad ya existían las vacunas. Se trataba de un desafío político lograr el precio reducido y recaudar los fondos y conseguir la cobertura de la vacuna, y eso no era un tema científico.
En este caso, no hay duda de que es necesaria una política gubernamental a gran escala. Por ejemplo, cuando se trata del acero limpio: no tiene otros beneficios. No hay demanda de acero limpio en el mercado. Ni siquiera los impuestos al carbono a bajo coste por tonelada son insuficientes para conseguir que el acero limpio se encuentre en la fase de aprendizaje. Se necesita un tipo de impuesto al carbono de 300 dólares [247 euros] por tonelada. Así que, para poner en marcha ese sector, hay que hacer I+D y empezar a tener requisitos de compra o fondos reservados para pagar esa prima, tanto por parte del Gobierno como quizás también de las empresas e individuos.
Pero, ya sabe, en esto deben participar muchos países, no solo unos pocos.
¿Qué opina sobre nuestras posibilidades de lograr un progreso político real, especialmente en Estados Unidos, en el momento en el que nos encontramos?
Soy optimista. La elección de Joe Biden es algo bueno. Aún más alentador me parece que cuando se les pregunta a los votantes jóvenes, a los millennials, que se identifican tanto como republicanos como demócratas, su interés en este tema es muy alto. Y ellos son los que estarán vivos cuando el mundo esté sufriendo estos problemas a lo grande o no, en función de lo que se haga. Así que existe la voluntad política.
Pero hay mucha interacción [entre la política e innovación]. Si se intenta llevar esto a cabo a base de fuerza bruta, simplemente pagando las primas actuales por la tecnología limpia, el coste resulta gigantesco igual que el desplazamiento económico. Por eso, no creo que ni siquiera un país rico lo haga por la fuerza bruta.
Pero, a corto plazo, es posible obtener decenas de miles de millones de dólares para la agenda de innovación. A los republicanos les suele gustar la innovación.
Me refiero a algo del tamaño del presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. Creo que [es políticamente factible] porque crea empleos bien remunerados y porque responde a la pregunta de... bueno, si EE. UU. elimina el 14 % [de las emisiones globales], es algo muy importante, pero ¿qué pasa con el porcentaje creciente de la India, mientras proporciona capacidades básicas a sus ciudadanos?
Solo puedo imaginar una llamada telefónica a los indios en 2050 diciendo: "Por favor, por favor, construyan la mitad de los refugios por la prima verde [para el cemento y acero limpios]". Y ellos dirían: "¿Qué? Nosotros no hemos causado estas emisiones".
La innovación es la única forma de [reducir esas primas en los precios].
Usted insiste en que es optimista, y esa es su posición bien conocida sobre estos temas. Pero, el optimismo es, claramente, un término relativo. ¿Cree que realmente a estas alturas podremos mantener el calentamiento por debajo de ese aumento de 2 °C?
Eso requeriría que adoptemos la política adecuada, que involucremos a muchos países y que tengamos suerte con algunos de los avances tecnológicos. Ese es prácticamente el mejor de los casos. Lograr algo mejor que eso no es realista en absoluto, y hay días en los que ni siquiera eso parece realista.
No es imposible, pero requiere un progreso tremendo. Incluso algo como, ¿conseguiremos el milagro de almacenamiento [de energía] o no? No podemos depender de eso. Las actuales baterías no son capaces, dentro de un factor de 20, de almacenar la variación estacional que crean las fuentes intermitentes como la eólica y la solar. Simplemente no producimos suficientes baterías; sería demasiado caro. Así que necesitamos tener otras vías, como la fisión o la fusión, que nos puedan dar una fuente fiable de electricidad, de la que dependeremos aún más que antes.
En el libro explica una serie de sectores difíciles de resolver. El que me parece el más complicado para abordarlo por completo es el sector de la alimentación. La escala es enorme y apenas hemos empezado. Básicamente, no tenemos sustitutos que eliminen por completo las potentes emisiones de los eructos del ganado y de los fertilizantes. ¿Qué esperanzas tiene sobre la agricultura?
Hay [empresas], incluida una de [Breakthrough Energy Ventures] Pivot Bio, que reducen significativamente la cantidad necesaria de fertilizantes. Se han hecho avances en las semillas, incluidas las que llevan a cabo lo mismo que las legumbres: es decir, son capaces biológicamente [de convertir el nitrógeno del suelo en compuestos que las plantas pueden usar]. Pero la capacidad de mejorar la fotosíntesis y la fijación de nitrógeno es una de las cosas en las que menos se invierte.
En cuanto al ganado, es muy difícil. Hay varias opciones en las que se alimenta con diferentes productos, como un compuesto que produce una reducción del 20 % [en las emisiones de metano]. Pero, lamentablemente, esas bacterias [en su sistema digestivo que producen el metano] son una parte necesaria para descomponer la hierba que comen. Así que no sé si habrá algún enfoque natural en ese caso. Me temo que las [alternativas de proteínas sintéticas como las hamburguesas a base de plantas] serán necesarias al menos para la ternera.
Hay compañías como Memphis Meats que lo hace a nivel celular, pero no sé si eso llegará a resultar económico alguna vez. Pero las empresas Impossible y Beyond tienen una hoja de ruta de calidad y de costes, lo que hace que sean totalmente competitivas.
En cuanto a la escala actual, no representan ni el 1 % de la carne del mundo, pero están en camino. Y Breakthrough Energy tiene cuatro inversiones diferentes en este campo para fabricar los ingredientes de manera muy eficiente. Así que sí, esta es el área en la que mi optimismo hace cinco años habría llevado a pensar que la alimentación, el acero y el cemento, eran los tres sectores más difíciles de limpiar.
No obstante, acabo de decir que realmente veo el camino a seguir. Pero tiene razón al pensar que si se le dice a la gente: "Ya no puede tener vaca", se crea un enfoque políticamente impopular.
¿Cree que la carne de origen vegetal y de laboratorio podría ser la solución completa al problema de las proteínas a nivel mundial, incluso en los países pobres? ¿O que más bien sería una parte debido a las cuestiones que ha mencionado, el amor cultural por la hamburguesa y por el hecho de que el ganado es tan fundamental para las economías de todo el mundo?
Para África y otros países pobres, tendremos que utilizar la genética animal para aumentar drásticamente la cantidad de carne que se produce con esas emisiones. Curiosamente, en el caso del ganado de EE. UU., debido a que es tan productivo, las emisiones por kilogramo de ternera son mucho menores que en África. Y como parte del trabajo de la Fundación [Bill y Melinda Gates], estamos aprovechando lo bueno del ganado africano, como el hecho de que pueden sobrevivir en mucho calor, para cruzarlo con la enorme productividad [tanto de la carne como de la leche] de las líneas de ternera de élite de EE. UU.
Por eso no creo que los 80 países más pobres del mundo vayan a comer carne sintética. Pienso que todos los países ricos deberían pasar a la carne 100 % sintética. La gente puede acostumbrarse a la diferencia de sabor, y las empresas afirman que con el tiempo lograrán que sepa aún mejor. Al final, esa prima verde es suficientemente modesta para poder cambiar [el comportamiento de] la gente o usar la normativa para modificar totalmente la demanda.
Así que, para la carne en los países de ingresos medios y altos, creo que es posible. Pero hay que seguirlo todos los años y ver qué pasa, y para la política [es un reto]. Existen todos estos proyectos de ley según los cuales hay que llamarlo, básicamente, basura de laboratorio para poder venderlo. No quieren que usemos la etiqueta de la carne.
En el libro explica bastante la importancia de las tecnologías de eliminación de carbono, como la captura directa de aire. También expresó su opinión de que plantar árboles como solución climática es algo pretencioso. ¿Cuál es su punto de vista sobre la iniciativa Trillion Trees (Un Billón de Árboles) y la gran cantidad de corporaciones que anuncian planes para lograr emisiones negativas al menos en parte a través de la reforestación y las compensaciones?
[Para compensar] mis propias emisiones, he comprado combustible limpio para aviones. He pagado para sustituir la calefacción de gas natural con bombas de calor eléctricas en los proyectos de viviendas sociales para personas de bajos ingresos, donde pago la prima del coste de capital y ellos obtienen el beneficio de la reducción en la factura mensual. Y he enviado dinero a Climeworks [la empresa con sede en Suiza que elimina el dióxido de carbono del aire y lo almacena permanentemente bajo tierra].
Por las emisiones de carbono que he generado yo, y he eliminado más de lo que emito, llega a ser un total de 330 euros por tonelada.
¿Y estos programas que pretenden eliminar carbono por 5, 15, 30 dólares [4, 12, 25 euros] la tonelada? A ver.
[Está mal] la idea de que tenemos un montón de lugares con muy buena tierra y agua y, casualmente, los árboles no crecieron allí, y si alguien planta un árbol allí, seguirá en el mismo sitio durante miles de años....
La falta de validez de la mayor parte de la plantación de árboles es una de esas cosas por las que este movimiento aún no es honesto. Todavía no sabe cómo medirlo de verdad. Hay todo tipo de cosas cursis que permiten a las personas usar sus presupuestos de publicidad para comprar méritos, pero que en realidad no tienen tanto impacto. Y con el tiempo sabremos mucho más sobre lo que es una compensación real.
Por eso creo que la mayoría de esas compensaciones no durarán. La compensación que creemos que se mantendrá es la recaudación de dinero de las empresas y consumidores para impulsar el mercado de acero limpio y cemento limpio. Debido a los beneficios del ciclo de aprendizaje allí, invertir el dinero en eso, en vez de en la plantación de árboles, tendrá una naturaleza catalítica y será una contribución real. Necesitamos una combinación de dinero gubernamental, empresarial y de particulares para impulsar esos mercados.
Tengo que preguntarle esto: Microsoft está en el proceso de intentar eliminar todas sus emisiones históricas, y leí un artículo publicado en Bloomberg con una cifra que me sorprendió un poco. ¿La empresa aparentemente quiere hacerlo a 20 dólares (16,5 euros) la tonelada? ¿Cree que al lograremos una eliminación de carbono por 20 dólares (16,5 euros) la tonelada fiable y permanente?
Es muy improbable. Quiero decir, si me hubiera preguntado hace 10 años cuánto costarían los paneles solares, me habría equivocado. Eso fue algo que nadie esperaba.
La ciencia es misteriosa, y decir que puede hacer una cosa o no puede hacer otra no es buena idea. En muchos casos, se han hecho cosas que nadie hubiera previsto. Pero, incluso el proceso líquido, que es el enfoque de Carbon Engineering, tendrá dificultades para llegar a 100 dólares (82,52 euros) la tonelada.
Con todo eso, hay que añadir los costes de capital y de energía. Por lo tanto, a 20 dólares (16,5 euros) la tonelada es muy poco probable. Hay numerosos programas de compensación que afirman que estar haciendo eso, pero se necesita mucha auditoría porque para eliminar el carbono, hay que mantenerlo fuera de la atmósfera durante una vida media de 10.000 años. La mayoría de la gente tiene dificultades para calcular el coste económico de 10.000 años. Créame, los de los árboles garantizan que si se queman, encontrarán otro lugar mágico para replantarlos donde nunca haya crecido ningún árbol.
Pero eso no quiere decir que no haya algunos lugares donde plantar árboles, o que algunas de estas compensaciones no funcionen, como por ejemplo para tapar ciertas fugas de metano, eso sí que es un gran rendimiento. Deberíamos seguir las regulaciones y financiar esos proyectos.