Una nueva generación de dispositivos táctiles está cambiando la forma en que los usuarios interactúan con las páginas web.
La semana pasada, en un comunicado en el que criticaba la plataforma Flash de Adobe, el director general de Apple, Steve Jobs, centro la atención, entre otras cosas, en su falta de apoyo al tacto—algo esencial para experimentar un iPhone o un iPad. "Flash ha sido diseñado para ordenadores que utilicen ratones, no para pantallas táctiles que usen los dedos", escribió Jobs.
No obstante Flash no es el único software de Internet que no ha sido diseñado para funcionar con el tacto, y frente al advenimiento de dispositivos basados en el tacto "es como pedir a todo internet que cambie su comportamiento a partir de lo que se ha ido acumulado durante más de 20 años", señala Raju Vegesna, evangelista de Zoho, una empresa con sede en Pleasanton, California, que produce una serie de complejas aplicaciones web en internet.
Los problemas individuales son a menudo pequeños, pero se suman y acaban formando algo más significativo, afirma Vegesna. Por ejemplo, las aplicaciones 'roll-over' son comunes en muchos sitios, pero no funcionan en los dispositivos táctiles. Otros trucos comunes, como pasar sobre un enlace para ver la dirección URL conectada en la barra de estado, tienen que ser ajustadas antes de que el usuario pueda realizar la misma función.
Un grave problema para empresas como Zoho, que se especializan en software complejo para internet, es que muchos sitios no están equipados con la capacidad de hacer que aparezcan los teclados virtuales utilizados en los dispositivos táctiles. Vegesna explica que los dispositivos táctiles hacen aparecer un teclado cuando reconocen un campo de texto en una página web, pero esto cambia con los editores de más complejidad utilizados como parte de los procesadores de texto por internet de Zoho. Éstos, por lo general, no activan los teclados virtuales, provocando la frustración en los usuarios.
"Este es gran un problema de interfaz de usuario dentro de las aplicaciones web", afirma Vegesna, "y significa que muchas tendrán que ser rediseñadas."
Estas cuestiones son importantes, aunque nada nuevo, señala Ben Bederson, profesor asociado en el laboratorio de interacción humano-ordenador en la Universidad de Maryland. "Existe una amplia gama de dispositivos de entrada y de salida", asegura Bederson. "Tanto si se está construyendo una aplicación web, una aplicación Flash o una aplicación nativa, hay que decidir a qué rango de dispositivos se le va a dar soporte."
Bederson toma nota de que los diseñadores web tendrán que solventar varias cuestiones a la hora de considerar los ordenadores táctiles. Por un lado, las interfaces de tacto no dan a los usuarios el control tan preciso que se consigue con el ratón. Aunque las pruebas han demostrado que un lápiz puede ser un sustituto efectivo, Bederson señala que el mercado ha rechazado esa opción en gran medida. Así que los diseñadores necesitan simplificar los sitios web y aumentar el tamaño de los puntos de interacción, como por ejemplo en forma de botones y barras de desplazamiento.
También existe un problema técnico más sutil. Por ejemplo, un montón de aplicaciones web han sido escritas con una cierta secuencia de acciones del ratón en mente. Una aplicación puede ser codificada para que detecte el ratón al pasar sobre un botón antes de que el ratón llegue a hacer clic en él. En este caso, no es simplemente que la acción del ratón sobre el botón no funcione como se espera—es que en realidad el sitio no es capaz de registrar un clic sin dicha acción, lo que significa que la aplicación deja de funcionar cuando se utiliza en un dispositivo táctil.
Los diseñadores pueden ayudar a evitar estos problemas mediante la construcción de sitios web que se adapten a diferentes situaciones de interacción. Bederson trabajó recientemente en la adaptación de la página web de la Biblioteca Digital de International Children, para que pudiera verse en el iPad. Los diseñadores tuvieron como objetivo hacer que el sitio fuera lo suficientemente flexible como para hacer frente a una variedad de idiomas, usuarios analfabetos y niños. Como resultado, los elementos resultaron ser lo suficientemente flexibles para adaptarse fácilmente al tacto. Bederson señala que los diseñadores sólo tuvieron que corregir un error para poder adaptar el sitio al iPad.
En general, sin embargo, el rediseño de sitios web obsoletos "va a ser una tarea enorme", afirma Jared Spool, fundador principal de User Interface Engineering, una firma consultora con sede en North Andover, Massachusetts. No obstante, Spool cree que los cambios que están por producirse serán muy positivos. "Para mí, los problemas provocados por la poca interacción, relativos a la forma de reaccionar cuando un usuario toca algo, se solucionarán muy rápidamente", afirma. Lo que es más interesante, según él, son las nuevas posibilidades de interacción basadas no sólo en el contacto sino en la detección del movimiento y la información relativa a la ubicación. Por ejemplo, Spool habla de la aplicación Star Walk para el iPad, que utiliza este tipo de información para mostrar a los usuarios una imagen etiquetada del cielo nocturno que coincide con el lugar donde se encuentren en ese momento. Ese tipo de interacción no era posible antes, afirma.
Spool también espera ver interfaces de usuario que sean creadas gracias a una mayor conectividad entre los dispositivos, como por ejemplo interfaces diseñadas para grupos de iPads funcionando al mismo tiempo. "Creo que el año que viene observaremos una increíble creatividad al tiempo que la gente empiece a jugar con esta paleta de interacción, que es mucho más rica que lo que teníamos antes", afirma.