China representa un mercado enorme y todavía en gran medida sin explotar para los fabricantes de ordenadores: en un país de 1,3 mil millones de personas, sólo se compraron 40 millones de ordenadores en 2008, mientras que los 300 millones de personas que viven en los Estados Unidos compraron 66 millones. A medida que aumentan los ingresos de los chinos y la propiedad de ordenadores aumente, los fabricantes de chips que se establezcan ahora cosecharán grandes ganancias y dominarán el mercado durante años. En la actualidad, China depende de Intel, ARM, y otras compañías occidentales para las CPUs que propulsan su infraestructura digital, pero el gobierno chino está decidido a que una alternativa nacional comparta el botín.
Las ambiciones de China penden de un proyecto patrocinado por el estado, iniciado en 2001 en el Instituto de Tecnología de la Computación en Beijing, con el objetivo de desarrollar una familia de procesadores indígenas que se puedan usar en todo, desde los baratos netbooks a superordenadores. Para ahorrar costes, los chips se fabrican usando las más antiguas tecnologías de silicio y se basan en una arquitectura inventada en 1981 que es propiedad de MIPS Technologies, con sede en Sunnyvale, California. China escogió obtener el permiso de explotación de una arquitectura ya existente, ya que la creación de una nueva habría significado reinventar las extensas bibliotecas de software que los programadores necesitan para crear aplicaciones, por no mencionar la educación de los propios programadores. Los chinos han rodeado el diseño básico del MIPS con sus propios subsistemas, añadiendo instrucciones en las versiones más recientes de manera que los chips pueden ejecutar el software escrito para los procesadores x86 que Intel y AMD fabrican para los ordenadores personales.
Los chips son fabricados comercialmente fuera de China por la empresa con sede en Ginebra STMicroelectronics (ver "Empresas a tener en cuenta") bajo el nombre comercial de Loongson. Éstos ya se encuentran presentes en algunos netbooks y PCs de escritorio baratos. Si China tiene éxito en hacer de la fabricación de chips Loongson una alternativa a los sistemas basados en Intel y AMD en sus mercados emergentes, las consecuencias podrían hacerse sentir a lo largo de todo el mundo en desarrollo, con sus miles de millones de clientes potenciales, en las próximas décadas.