Repasamos el viaje del CTO de Libelium e Innovador menor de 35 España en 2012 desde su época de estudiante hasta su momento actual, dominado por proyectos de calado internacional gracias a su tecnología de sensores inteligentes
Aunque ahora esté en boca de todos, la primera vez que el término 'internet de las cosas' (IoT, por sus siglas en inglés) se usó de manera pública fue en 2009. En la década que ha pasado desde entonces, ha dejado de ser una tecnología de futuro para convertirse en una realidad de nuestro presente. Y esta revolución ha tenido lugar gracias a algunos visionarios que desde el principio supieron ver el potencial de esta tecnología. Uno de ellos es el ingeniero informático David Gascón, que ya en 2012 se convirtió en uno de los Innovadores Menores de 35 España de MIT Technology Review en español por sus sensores inteligentes.
Sus plataformas para sensores inteligentes están caracterizadas por su capacidad de operar a larga distancia y su bajo consumo, ya que pueden durar hasta 10 años con la batería de un teléfono móvil. Pero lo que más llama la atención es que pueden utilizarse para fines muy variados, desde monitorizar ciudades hasta cultivos de precisión. Después, toda esa información del mundo real pasa a la nube donde los datos pueden ser analizados.
Pero este es el final de la historia. ¿Cómo empezó la aventura de este joven inquieto que se ha inspirado en la naturaleza para crear una tecnología capaz de cambiar el mundo?
Foto: Uno de los sensores IoT del Libelium, el Waspmote Sensor Device. Crédito: Libelium.
Con 21 años, Gascón comenzó en el campo de la ingeniería genética, dos años después creó protocolos de comunicación para internet basándose en el comportamiento de las hormigas, y también dio clases en la Universidad de Zaragoza (España), lo que le ayudó a profundizar aún más en sus conocimientos. El innovador recuerda: "Llegué a la conclusión de que teníamos que expandir los horizontes. Internet siempre había sido ordenadores interconectados entre sí y personas comunicándose, ¿por qué no conectar internet también a un coche, a un edificio o a un río?".
Gascón cofundó Libelium en 2006, junto a su socia Alicia Asín, ambos ingenieros informáticos. Y desde que recibiera el premio de MIT Technology Review en español, ha trabajado con su equipo en importantes proyectos. Detectar incendios forestales mediante sensores en los árboles, monitorizar volcanes y predecir cuándo van a entrar en erupción, y medir la radiación nuclear mediante sensores desplegados con drones son algunas de las hazañas de la historia de Libelium. Sus sensores permitirían crear, en pocas horas, un mapa exacto de los niveles de radiación de una zona afectada por una fuga nuclear.
En el ámbito de las omnipresentes smart cities, Gascón y su equipo han utilizando sus sensores para transformar las ciudades. Sus aparatos permiten crear redes para el control de los aparcamientos en las calles y para analizar en tiempo real los niveles de calidad del aire y del agua. Otro de sus grandes logros ha sido llevar los sensores al espacio, en un proyecto desarrollado con la NASA, para estudiar las tormentas solares.
Foto: A pesar de su trayectoria en ciencias, David Gascón también abraza las letras. Crédito: Libelium.
La naturaleza es un elemento clave en la mayoría de proyectos de Gascón. Precisamente, "el nombre de Libelium viene por su relación con las libélulas: las redes de sensores son como enjambres de insectos que se posan para traernos información, es una tecnología invisible que funciona cuando no la vemos", indica. Ahora, lidera a un equipo de 30 ingenieros con la idea clara de que "la clave del éxito de la tecnología es la confianza mutua". Gascón narra: "Cuando estoy pensando en nuevas ideas, trabajo solo; pero cuando concibo un desarrollo me reúno con mi equipo y ellos toman el protagonismo, traduciendo mi idea en algo tangible listo para ser fabricado".
Después de llevar años desplegando sus sensores por todo el mundo, en Libelium ahora estudian cómo dotarlos de inteligencia para que formen un colectivo y tengan "una especie de cerebro global". Su última idea es que "puedan tomar decisiones entre ellos para anticiparse a situaciones nuevas", indica. Gascón, que lejos de cerrarse en el bando de 'ser de ciencias' también abraza las letras (es músico profesional y escritor de ensayos), concluye: "Siempre he pensado que es meritorio aunar las humanidades y las ciencias y que no se trata de elegir, podemos desarrollar ambas".