Una nueva aplicación hace posible identificar personas y saber datos de ellas con sólo apuntar el teléfono en su dirección.
Una aplicación que permite a los usuarios apuntar a un extraño con un smartphone e inmediatamente obtener datos acerca de él, se presento el pasado martes por primera vez en el Mobile World Congress de Barcelona. Desarrollada por The Astonishing Tribe (TAT), una firma de diseño y software móvil sueca, el prototipo de software combina la visión informática, la computación en la nube, el reconocimiento de caras, las redes sociales y la realidad aumentada.
“Es como llevar las redes sociales al siguiente nivel,” afirma Dan Gärdenfors, director de investigación de experiencia de usuario en TAT. “Pensamos que sería realmente interesante unir la forma en que la gente se conoce en el mundo real y las nuevas formas de congregación basadas en internet.”
TAT construyó la demo de identidad aumentada, llamada Recognizr, para que funcionase en un teléfono con cámara de cinco megapíxeles y que ejecute el sistema operativo Android. El usuario abre la aplicación y apunta la cámara del teléfono a alguien que se encuentre cerca. Un software creado por la firma sueca de visión informática Polar Rose detecta la cara del sujeto y crea una firma única mediante la combinación de las medidas de las características faciales y la construcción de un modelo en 3-D. Esta firma se envía a un servidor donde es comparada con otras almacenadas en una base de datos. Siempre y cuando el sujeto haya optado por ser parte del servicio y haya subido una foto y un perfil, el servidor devuelve el nombre de esa persona junto a vínculos hacia su perfil en varias redes sociales, incluyendo Twitter o Facebook. El software de Polar Rose también hace un seguimiento de la cabeza del sujeto—TAT utiliza esta información para mostrar en la pantalla el nombre del sujeto y los iconos de los vínculos web sin oscurecer su cara.
“Es un método muy robusto” hacia el reconocimiento facial, afirma Andrew Till, vicepresidente de soluciones de marketing en Teleca, una compañía de asesoría de software móvil en el Reino Unido. “Es mucho, mucho mejor de lo que he visto hasta ahora.”
Till afirma que la aplicación del reconocimiento de imágenes y de caras a la tendencia de publicar fotos en los sitios sociales abre nuevas e interesantes posibilidades. “Nos empezamos a mover de formas muy creativas para crear montones de servicios que resulten beneficiosos para el uso personal, para el uso dentro de los negocios, y empezamos a considerar cosas que de otra manera no podríamos hacer,” afirma.
Los algoritmos de Polar Rose pueden ejecutarse en el iPhone y en los nuevos teléfonos Android, afirma el director técnico de la compañía y fundador, Jar Erik Solem. La aplicación de identidad aumentada utiliza un servidor en la nube para llevar a cabo el reconocimiento facial puesto que, principalmente, muchos sujetos serán desconocidos para el usuario (y no habrá ninguna foto de ellos en el teléfono), aunque con ello también se logra acelerar el proceso en aquellos dispositivos con menos potencia de procesamiento.
Durante más de una década, varios grupos académicos y de investigación en compañías han desarrollado aplicaciones de realidad aumentada, que colocan objetos virtuales e información encima del mundo real. Sin embargo hasta el año pasado aproximadamente todos estos prototipos de aplicaciones requerían el uso de cascos y ordenadores portátiles de gran tamaño. Sin embargo, y gracias a la mayor potencia de los sensores, las cámaras y los microprocesadores instalados en los teléfonos móviles, las aplicaciones de realidad aumentada han empezado a ser de interés general. Existen varias aplicaciones que hacen uso de los chips GPS y las brújulas disponibles en los nuevos teléfonos inteligentes. Por ejemplo, la aplicación Metro Paris de PresseLite y Nearest Tube de Acrossair proporcionan a los usuarios del iPhone direcciones sobre cómo llegar a las estaciones de metro más cercanas.
No obstante Gärdenfors se refiere a estas aplicaciones como “relativamente poco maduras.” A menudo oscurecen ciertos objetos con etiquetas, señala, y a veces se ven limitadas por el hecho de que la información acerca de una localización específica puede que no esté disponible. Cree que muchos servicios de realidad aumentada podrían beneficiarse de la inclusión de elementos de visión informática para hacer que la obtención de la información y el posicionamiento de las etiquetas sean más precisos. “Esto podría también funcionar perfectamente con otro tipo de objetos, y creo que eso es algo que veremos muy pronto,” afirma.
No obstante, Gärdenfors señala que el uso de la visión informática para identificar edificios y otros objetos lleva consigo una serie de retos a los que no se enfrentaron a la hora de desarrollar la aplicación de identidad aumentada. “Con el reconocimiento facial, es muy obvio lo que andamos buscando,” afirma Gärdenfors. “Con otros objetos, puede que sea más difícil averiguar qué objetos en la pantalla son los que quieres identificar.”
Gärdenfors señala que desde un principio TAT ha tomado en muy en serio las preocupaciones potenciales en cuanto a la privacidad. “El reconocimiento facial puede ser algo que dé cierto miedo, y podrías usarlo para muchos propósitos distintos.” Por esa razón, la compañía ha diseñado Recognizr como un servicio exclusivamente de participación voluntaria: las personas tienen que subir su foto y su perfil, y asociarlos con los distintos sitios sociales antes de que nadie pueda usar el servicio para identificarlas. “Sólo deberíamos ver gente que se haya apuntado al servicio,” señala Gärdenfors.
Un video del concepto de la aplicación de identidad aumentada que TAT publicó en YouTube el pasado verano ha logrado conseguir muchísima atención. Gärdenfors señala que la compañía a menudo utiliza esta estrategia par determinar qué ideas merecen seguir investigándose. La demostración en directo también recibió mucho interés durante el Mobile World Congress. “Probablemente nos asociemos con alguna compañía a lo largo de los dos próximos meses para llevar todo esto al siguiente nivel y, realmente, construir un producto,” señala Gärdenfors. Aunque para ello será necesario asociarse con un fabricante de dispositivos, un proveedor de servicios móviles y los servicios de redes sociales, la tecnología está lo suficientemente desarrollada como para que cualquier aplicación comercial pudiese estar lista en sólo un mes o dos, afirma.