El universo de las cadenas de bloques y las fichas criptográficas está en plena ebullición y todavía no sabemos cómo será en el futuro. De los tres tipos de tokens que existen, hay uno que podría perdurar si el mercado explota. Es el token de uso y funciona como una ficha de casino
Que el mercado de las criptomonedas esté envuelto en una burbuja cada vez más grande no tiene por qué ser del todo malo. Así lo creen los fieles más acérrimos de esta nueva tecnología. Su argumento es el siguiente: aunque es cierto que mucha gente perdió dinero cuando estalló la burbuja de las puntocom, la innovación tecnológica y el capital humano que sobrevivieron al pinchazo se convirtieron en la base de la economía digital actual. Creen que, si la burbuja de la cadena de bloques explota, pasará algo parecido .
Si damos esto por cierto y asumimos que los actuales desarrolladores de blockchain están sentando las bases para otra revolución económica, todavía es demasiado pronto para predecir cómo será el nuevo sistema. Pero tenemos algunas sugerencias interesantes, como la de los "tokens de uso".
Del caos al orden: aunque todos los tokens (o fichas criptográficas) se crean en una cadena de bloques o en otro libro de contabilidad cifrado y compartido, no todos son iguales. Suiza, un semillero de ofertas inicales de moneda (ICO, por sus siglas en inglés), lo explicó en un conjunto de pautas reguladoras históricas que divide los tokens en tres categorías:
- Bitcoin, y otras monedas diseñadas como medio de pago, van en la primera categoría, los tokens de pago.
- La segunda hace referencia a los valores tradicionales en formato blockchain, que equivalen a acciones y bonos; se conocen como fichas de activos (tokens de activos).
- Por último, los tokens de uso son aquellos "destinados a proporcionar acceso digital a una aplicación o servicio".
La analogía del casino: puede que sea mejor pensar en los tokens como en las fichas de un casino, ya que están diseñados para funcionar en una red específica. Su función principal suele ser la de proporcionar acceso a servicios de la red, de la misma forma en la que las fichas de un casino permiten acceder a sus juegos y premios.
Ejemplos de la vida real:
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Almacenamiento de datos: Siacoin, Storj y Filecoin intentan convertirse en competidores descentralizados de servicios de almacenamiento en la nube como Dropbox y Amazon Web Services. En estos servicios, los tokens sirven como incentivo para que las personas contribuyan al servicio cediendo a la red su capacidad de almacenamiento (cualquiera que proporcione una determinada capacidad obtiene tokens como recompensa) y como medio de pago para el servicio.
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Intercambios de criptomonedas: Airswap y 0x (entre otros) han desarrollado protocolos basados en blockchain que permiten a los operadores intercambiar diferentes tipos de tokens entre pares. En Airswap, los comerciantes utilizan tokens para indicar su deseo de hacer intercambios. En 0x, el token sirve como incentivo para terceros, llamados relayers, para facilitar las conexiones entre los socios comerciales.
Las cosas se ponen raras: el valor de los tokens varía, y se puede comerciar con muchos de ellos en los intercambios de criptomonedas. La fiebre de las ICO, que ha generado cientos de nuevas monedas, también ha provocado una especulación desenfrenada y fraudes que a menudo se dirigen a inversores particulares. Todo esto está empezando a generar preocupaciones entre los reguladores.
La gran pregunta: ¿tienen algún valor los tokens de uso? Es una cuestión importante porque los valores están sujetos a regulaciones más estrictas. En Suiza, la respuesta es no, siempre y cuando el "único propósito" del token sea proporcionar acceso a una aplicación o servicio digital y pueda utilizarse de esta manera en el momento en el que se emite.
Si EE. UU. adoptará una regla similar podría afectar a muchos proyectos donde los desarrolladores están construyendo tokens de uso para redes que aún no se han lanzado. Una de ellas es Filecoin, que recaudó unos 200 millones de euros a través de un ICO el año pasado. A principios de este mes, el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores del país, Jay Clayton, afirmó ante un comité del Senado: "Creo que cada ICO que he analizado es un valor". Pero opine lo que opine, esta conversación no ha hecho más que empezar.