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Innovadores menores de 35

Inventores

Sostenibilidad, usos de la IA y aplicaciones sanitarias son las protagonistas en la categoría de los innovadores más inventores.  

Enzo Romero con una prótesis en su mano derecha, mirando a cámara

Enzo Romero (Perú), 32

LAT Bionics

Prótesis accesibles y personalizadas

Más de 12.600 personas sufren en Perú la amputación de un miembro superior de su cuerpo. Cada mes, el Ministerio de Trabajo peruano reporta 40 casos de lesión de mano por causas laborales. Pero acceder a las prótesis no está al alcance de todo el mundo. Una tipo garfio (de funcionamiento mecánico) cuesta unos 4.000 soles (900 euros) y las microeléctricas ascienden a los 25.000 soles (5.900 euros, aproximadamente).  

Estos datos, publicados por el gobierno peruano, muestran que el sueldo medio, de 1.500 soles (357 euros), dificulta el acceso a estas prótesis para una gran parte de los peruanos. Con el objetivo de mejorar esta situación, Enzo Romero (Perú, 32 años) fundó LAT Bionics. Una empresa de biotecnología que desarrolla prótesis con procesos de fabricación digital y que consigue acortar el plazo y el precio de una prótesis. 

Romero sabe bien lo que es vivir sin una mano: nació sin la derecha. Pero en el cine encontró la inspiración para mejorar su vida y la de los demás. “Recuerdo claramente a los 7 u 8 años estar viendo Star Wars V, película en la que en la escena final le cortan a Luke Skywalker la mano derecha. La misma mano que yo no tenía. Sin embargo, en la escena posterior, los robots médicos le ponen una prótesis de mano que no solo parecía una mano, sino que además tenía la capacidad de sentir. Desde entonces una idea se generó en mí: «Quiero una prótesis como la de Luke Skywalker»”. 

Este joven se graduó en Ingeniería Mecatrónica en la Pontificia Universidad Católica de Perú. Allí, en el Laboratorio de Biomecánica y Robótica Aplicada, ejecutó la primera prótesis de investigación diseñada y desarrollada en Perú. La primera prótesis que utilizó Romero, la diseñó y fabricó él mismo, junto a un equipo multidisciplinar.  

LAT Bionics resuelve otro problema para las personas que necesitan una prótesis en este país latinoamericano. “En la región el problema principal es el de la disponibilidad y acceso a tecnologías asistivas para personas con amputación de miembro superior. La industria regional es mínima, en este sentido las soluciones disponibles son todas de importación y no son personalizadas”, explica. Las que fabrica Enzo junto a sus socios son made in Perú. 

Hasta el momento, cuentan con dos modelos. Maki, una prótesis de activación mecánica y Pisco, de activación electrónica. Este segundo modelo tiene tres motores internos que permiten que la mano biónica pueda hacer hasta cuatro gestos: pinza, cilindro, garra y teclado. El control se realiza por señales electromiográficas del usuario que sirven también para entrenar a dos sistemas de inteligencia artificial que resuelven la intención de la persona, independientemente de su nivel de amputación. 

El modelo electrónico tiene una batería que permite su funcionamiento entre 6 y 8 horas diarias. El tamaño y el peso son personalizados y también se puede elegir el color de la prótesis. “En LAT Bionics generamos soluciones personalizadas para nuestros usuarios. Sin importar la complejidad de la amputación, tenemos una prótesis para ellos”, explica el fundador. 

Los planes para el futuro son ambiciosos: “Queremos expandir nuestras operaciones con oficinas en todo América Latina”. De esta forma, el escaneo 3D y la toma de medidas podría realizarse de manera local para después enviar los datos a las oficinas en Lima (Perú) para diseñar la prótesis y devolver los archivos para que las prótesis se pudieran fabricar cerca del usuario. Romero también abre la puerta a fabricar otro tipo de prótesis e incluso a crear dispositivos para mascotas. 

Enzo Romero ha impartido varias charlas TED y ha ganado decenas de concursos y premios. Pero lo más importante es que ha podido alcanzar su meta: tener una prótesis como la de Skywalker. Además, es uno de los 35 Innovadores menores de 35 años elegidos por MIT Technology Review en español.