Enrique González (México), 32
Nanoblast
Residuos de agave para curar úlceras
La diabetes no es solo una enfermedad que afecte al modo de vida de las personas, también es una de las principales causas de amputación de miembros inferiores, entre otras patologías, como la ceguera, según la Organización Panamericana de la Salud. La Organización Mundial de la Salud calcula que los pacientes de diabetes tienen entre 10 y 20 veces más posibilidades de perder una de sus extremidades que las personas que no la sufren. Esta es la última consecuencia de las úlceras crónicas, pero el tratamiento de las mismas es costoso e inaccesible para millones de diabéticos.
El problema es especialmente grave en México, el segundo país del mundo con más incidencia de amputaciones derivadas de la diabetes, solo por detrás de Estados Unidos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La tecnología y la innovación médica pueden mejorar la situación. Enrique González (México, 32 años) ha desarrollado un apósito que facilita la regeneración celular de los tejidos dañados. La base proviene del bagazo de agave, un residuo agroindustrial de la producción de tequila. González ha desarrollado un método para utilizarlo como un andamio molecular al que las células pueden adherirse facilitando el crecimiento de la piel. Sobre esta base se incorporan nanocápsulas que estimulan el crecimiento celular y la producción de colágeno.
“Al aprovechar el enfoque de economía circular, reducimos drásticamente los costes de producción y, al integrar la tecnología, facilitamos un tratamiento que acelera la cicatrización sin necesidad de intervención médica constante. Esto resuelve la barrera de acceso a tratamientos avanzados, brindando una solución más asequible y efectiva tanto para los pacientes como para los sistemas de salud”, explica González.
La innovación comenzó con recursos limitados y un horno de pan. Este graduado en Nanotecnología e Ingeniería Molecular por la Universidad de las Américas Puebla (México) se dejó la piel, literalmente, para desarrollar esta idea. “En esos primeros tiempos, sin recursos ni conexiones para realizar pruebas en laboratorios, decidimos probar los primeros prototipos en mi propia pierna, con pequeñas heridas controladas. Medíamos el impacto de cada prototipo en la cicatrización frente a grupos control”, recuerda.
“Cuando empezamos a ver resultados claros y prometedores, nos dimos cuenta del verdadero potencial de la tecnología para marcar una gran diferencia en pacientes con úlceras crónicas. Fue entonces cuando decidimos investigar el camino hacia obtener inversiones y formalizar una empresa”, explica.
La empresa es Nanoblast y sus primeras pruebas de este apósito han demostrado una tasa de éxito del 98% en los ensayos clínicos, logrando la cicatrización de úlceras crónicas que otros tratamientos no habían logrado cerrar. La solución desarrollada por González también aborda el problema económico de este tipo de tratamientos: “Los apósitos de la competencia suelen oscilar entre los 60 dólares y 4.000 dólares (53 euros y 3.500 euros), mientras que nuestro producto se ofrecerá por aproximadamente 25 dólares (unos 22,40 euros), lo que reduce significativamente la barrera económica y facilita el acceso a más pacientes”, calcula.
El apósito desarrollado por Nanoblast ya cuenta con dos patentes, pero todavía no está en el mercado mexicano, algo que espera que ocurra en el corto plazo, para después conquistar otros mercados internacionales. Hay más planes para el futuro: “Estamos trabajando en nuevas aplicaciones de nuestra tecnología para regenerar otros tejidos, como el sistema nervioso, donde ya contamos con resultados prometedores en ensayos preliminares”, explica. La misión de este joven mexicano es la de acercar la medicina regenerativa para que sea más accesible y sostenible.
Además de ser uno los 35 Innovadores menores de 35 años elegidos por MIT Technology Review en español, González fue reconocido en 2019 con el Premio Emprendedor Coparmex Jalisco 2019. En 2015, el suyo fue uno de los proyectos seleccionados en el Reto Zapopan.