Ramón Alejandro de Hoyos Cantú (México), 30
ALIS
Sus microalgas capturan CO2 y producen moléculas naturales útiles para la cosmética a la vez que limpian el agua
Más del 80% de las aguas residuales se vierten sin ser tratadas, lo que contamina las fuentes hídricas, según la ONU. Al mismo tiempo, 3.500 millones de personas carecen de saneamiento seguro. Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es mejorar la calidad del agua al reducir a la mitad la proporción de aguas residuales sin tratar y aumentar sustancialmente su reciclado y reutilización segura en todo el mundo para 2030. Solo el 41% de los municipios mexicanos hizo algún tipo de tratamiento en al menos una parte de sus aguas residuales, informa el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Ante este problema ambiental y de salud pública, Ramón Alejandro de Hoyos Cantú, licenciado en Biotecnología Genómica por la Universidad de Nuevo León (México), decidió inspirarse en la naturaleza para encontrar una solución. Su respuesta fue usar microalgas capaces de limpiar el agua, capturar el CO2 que calienta nuestro planeta mientras sintetiza moléculas con elevado valor económico a través de su start-up biotecnológica, ALIS. Por esta apuesta por la bioeconomía circular y la sostenibilidad, MIT Technology Review en español ha seleccionado a De Hoyos como uno de los Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2023.
"Las microalgas respiran CO2 y liberan oxígeno. Al alimentarse de contaminantes del agua, la limpian y generan moléculas de alto valor útiles para la industria cosmética y alimentaria", explica De Hoyos, y añade: "Nuestros contenedores con los microorganismos se pueden usar para restaurar cualquier cuerpo de agua mientras logramos sustancias valiosas para el mercado".
ALIS ataca así la falta de recirculación del agua por su escasa depuración con sistemas naturales de bioeconomía circular que reducen la polución del agua y favorecen su reutilización. Además, con esta iniciativa De Hoyos da alternativas naturales a los colorantes y antioxidantes que usan la industria cosmética y alimentaria. "Nuestro extracto rosa sustituye cinco elementos tóxicos que se usan en numerosos productos que ingerimos y nos ponemos en nuestro cuerpo", añade.
La empresa biotecnológica cuenta ya con clientes interesados en sus productos y trabaja con instituciones públicas para lograr agua limpia en México. Tras certificar sus procesos, De Hoyos busca expandir la compañía a gran escala en todos los continentes para aumentar la disponibilidad de agua potable y conseguir una cosmética y una alimentación más sana y sostenible.