Daniel Efraín Ortiz (Ecuador), 31
Proloop
Utiliza residuos agrícolas para producir proteínas sostenibles a partir de insectos y bacterias para alimentar a nuestras mascotas
La ganadería produce más gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global que el transporte. También es una de las principales causas de la degradación del suelo y los recursos hídricos. Además, ocupa un tercio de toda la superficie cultivable, destinada a producir alimentos para los animales. En Latinoamérica la tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Y la demanda de carne no deja de crecer a nivel global.
Una forma de reducir el consumo de carne y de los impactos ambientales que supone es buscar otras fuentes más sostenibles de proteínas. Para paliar los problemas ambientales de la industria alimentaria, Daniel Efraín Ortiz, ingeniero biotecnólogo por la Universidad de las Fuerzas Armadas de Ecuador, ha creado Proloop, una empresa biotecnológica que usa fuentes alternativas para producir proteínas más sostenibles que pueden servir para la alimentación de mascotas. Por esta iniciativa, Ortiz ha sido escogido por MIT Technology Review en español como uno de los ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2023.
Proloop ha lanzado ya Loopi, un snack para perros con un porcentaje elevado de proteína basado en insectos, cianobacterias y cereales. Se trata de una iniciativa de economía circular al cerrar los ciclos de la naturaleza por usar como materia prima residuos agrícolas para nutrir a los insectos y microalgas. "Vamos a usar nuestra harina a base de insectos y microorganismos para sustituir fuentes tradicionales de alimentación de industrias con alto impacto ambiental como la ganadería y la de mascotas", explica el joven innovador. "Convertimos los residuos de la fruta en valiosas proteínas alimentando larvas de mosca soldado negra con residuos de frutas agroindustriales. Además, criamos las cianobacterias spirulina que se alimenta de dióxido de carbono y lo convierte en proteínas", añade.
Con este proyecto, Ortiz explica que asimismo se desarrolla una alternativas a la harina de pescado y la soja que también tienen un elevado impacto ambiental. El ecuatoriano Ortiz quiere transformar el sistema alimentario desde su país y cree en el potencial del desarrollo de una industria enfocada en fuentes alternativas de producción de proteínas. Cuenta ya con una planta industrial y comercializa su primer producto.
El joven quiere escalar su snack para perros llevándolos a los estantes de supermercados. Posteriormente, busca ofrecer alimentos para otros animales y proveer a la importante industria ecuatoriana de camarones de harina de insectos, una opción más ecológica que la actual harina de pescado que se utiliza actualmente como fuente de proteínas para estos crustáceos.