Los traumatismos craneoencefálicos son una gran causa de muerte en todo el mundo, sobre todo entre la población joven y en países con bajos ingresos, y los supervivientes pueden sufrir secuelas permanentes que afecten a sus huesos y su aspecto físico. Al igual que ocurre con las personas nacidas con anomalías craneofaciales, estas deformidades de la cara y de la cabeza pueden causar un deterioro en la calidad de vida y de la salud mental de quienes la padecen.

Desde niña, la joven colombiana Catalina Isaza (31 años) había querido ser médica, aunque finalmente optó por estudiar ingeniería de diseño de producto en la Universidad EAFIT de Medellín. Tomó esa decisión con la intención de crear dispositivos médicos para mejorar la calidad de vida de las personas, y en su carrera académica descubrió los biomateriales y el potencial impacto positivo de su aplicación en el ámbito de la salud. Para ayudar a personas con defectos craneales y maxilofaciales ha creado Innmetec, una start-up que diseña implantes óseos con un material muy parecido al hueso. Por este avance, Isaza ha sido escogida por MIT Technology Review en español como una de los Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2023.

Innmetec utiliza un material diseñado por Isaza que no necesita ser reemplazado en el futuro. Este producto es una mezcla entre el mineral hidroxiapatita, que forma principalmente nuestros huesos, y un polímero inerte al que se aporta porosidad para que se integre con el hueso. Las alternativas actuales en el mercado a base de metales como el titanio acarrean problemas de calentamiento o enfriamiento y de dolor, explica la innovadora. "Hacemos planes quirúrgicos de implantes a medida con un diseño exclusivo para traumas o tumores para devolver la funcionalidad y también la estética", detalla la joven. "Aumentamos el bienestar de los pacientes que requieren una solución ósea mediante la planificación quirúrgica digital y los implantes óseos personalizados que reducen los tiempos, riesgos y costos durante las cirugías. El hueso que se integra con el implante se remodela a medida que crece el niño y se evita que haya que cambiarlo con el tiempo".

Tras numerosos casos exitosos durante años en Colombia, donde sus implantes personalizados mejoran la recuperación física, mental y emocional en pacientes que necesitaron un reemplazo óseo, Isaza aspira a expandir su creación a más países en Latinoamérica, donde la tasa de traumas craneoencefálicos supera la media mundial. Expandir y democratizar este nuevo método más efectivo para tratar los daños craneomaxilofaciales, confía, contribuirá a salvar vidas y a reducir el malestar de numerosos pacientes en la región.