Andrés Rico (México), 28
Instituto de Tecnología de Massachusetts (Estados Unidos)
Sus sensores de bajo costo mapean la calidad del agua en asentamientos informales para mejorar su consumo
El acceso a agua potable está muy limitado en los barrios y ciudades más pobres de México: entre 12,5 y 15 millones de habitantes del país norteamericano no disponen de ella. Casi el 30% de los mexicanos que sí la reciben no lo hacen en cantidad ni calidad suficiente, pese a tratarse de un derecho humano. En toda Latinoamérica, sería necesaria una inversión equivalente al 1,3% del producto interior bruto (PIB) regional durante diez años para universalizar una cobertura de agua y saneamiento seguro, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Conocedor de este problema y ante la falta de datos fiables sobre el uso de agua en los asentamientos informales, el ingeniero robótico mexicano Andrés Rico (28 años) decidió dedicar su tesis doctoral en el Instituto de Tecnología de Massachusetts a afrontar la crisis hídrica. Este joven ha desarrollado una red de sensores de bajo coste y código abierto que mide parámetros como la calidad, la cantidad y el uso del agua. Con la ayuda de la inteligencia artificial (IA), estos datos se analizan para extraer información útil y lograr una gestión más eficaz del agua para familias desfavorecidas.
Rico aclara que su solución permite, por ejemplo, conocer la calidad de las distintas fuentes de agua y así usar aquella de peor calidad para limpiar el suelo en lugar de para cocinar, reservando la de mayor calidad para usos sanitarios. El desarrollo de este producto, añade, es el resultado de "un proceso de cocreación con las comunidades para evitar un enfoque vertical". Por su desarrollo de una solución económica que ayude a los hogares de los asentamientos informales de México a gestionar mejor sus reducidos recursos hídricos, Rico ha sido nombrado por MIT Technology Review en español como uno de los Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2023.
El sistema genera datos que también ayudarán a investigadores y autoridades a tomar mejores decisiones sobre la infraestructura hídrica: "Actualmente se analiza mediante censos y encuestas que llevan mucho tiempo y no incluyen tanto detalle como el que proporcionan los sensores", explica Rico. Gracias a esta información actualizada en tiempo real, podrá mejorarse el acceso al agua en las comunidades más vulnerables.
Tras hacer una prueba piloto en Guadalajara (México), el joven ingeniero quiere escalar la red de sensores hídricos a más viviendas y ciudades. Además, aspira a democratizar aún más esta tecnología publicando el código en artículos científicos, lo que permitirá a las propias comunidades instalar el sistema de medición de agua, mejorar el acceso y el consumo de este líquido esencial en zonas marginales y obtener datos útiles para sus habitantes.