Aldo Galli (Perú), 30
Cocarbon
Reutiliza desechos agrícolas para mejorar la calidad del agua con un material filtrante de bajo coste
Perú es el octavo país del mundo con mayores reservas de agua dulce. Pese a ello, la mitad de la población no tiene acceso a agua potable segura, según el Banco Mundial. La situación en el mundo no es mejor: 1,5 millones de niños mueren cada año por consumir agua contaminada, según datos de Oxfam Intermón. Ante este problema, el joven peruano Aldo Galli (de 30 años) quiso hacer algo al respecto usando recursos locales desaprovechados.
Así nació Cocarbon, una compañía que "limpia el agua para darle un mejor futuro a la gente", explica Galli, licenciado en administración de empresas. Su solución es la producción de carbón activado a base de cáscara de coco, lo que le da una segunda vida a lo que antes se consideraba solo un residuo. Esta materia prima rica en carbono se transforma en carbón vegetal y se activa —ya sea química o físicamente— para aumentar su porosidad y, por tanto, su capacidad de adsorción (esto es, de retener átomos, iones o moléculas de otras sustancias, que se quedan adheridos a su superficie). El material resultante consigue "atrapar" compuestos contaminantes presentes en gases o líquidos, desde virus y bacterias hasta algas o pesticidas; y ya se utiliza para purificar agua o filtrar los gases emitidos por fábricas y refinerías.
La cáscara de coro como materia prima "es una alternativa sostenible y eficiente, al darle valor a algo local que no lo tenía", afirma el emprendedor. Además, señala, "se genera un impacto positivo para las empresas que importan este elemento de otros países, al otorgar más trazabilidad del proceso y seguridad de abastecimiento". Gracias a este avance, Galli ha sido seleccionado como uno de los Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2023 de MIT Technology Review en español.
La materia prima de este carbón activado, los residuos agrícolas, es más sostenible que sus alternativas más utilizadas: la madera y el carbón mineral, destaca Galli. Además, Cocarbon ha creado una cadena de abastecimiento en el propio Perú para que las industrias locales reduzcan su impacto ambiental, generen empleo y reaprovechen materiales de la zona. Cocarbon ya cuenta con una planta en la selva amazónica, y los planes de Galli pasan por expandirse a otras zonas del país y usar otros desechos locales como los procedentes de la aceituna, el cacao y el café como materias primas.
Con una solución práctica, económica, circular y amigable con el medio ambiente, este joven administrador de empresas busca soluciones sostenibles para democratizar el acceso al agua potable en Perú. Su iniciativa logra un triple impacto al mejorar la salud pública y el medio ambiente, al tiempo que genera rentabilidad económica.