Gabriel Liguori (Brasil), 31
TissueLabs
Su plataforma para fabricar tejidos celulares por bioimpresión 3D podría reducir la necesidad de donación de órganos para trasplantes
Cada año se trasplantan cerca de 150.000 órganos. Pero el número de personas que necesita un trasplante en todo el mundo es muy superior, lo que provoca que muchas fallezcan en la lista de espera. El joven médico brasileño Gabriel Liguori estima que las muertes diarias de personas necesitadas de un trasplante ascienden a 500. Esta carencia, además, supone una merma en su calidad de vida.
Bien lo sabe Liguori, nacido con una cardiopatía congénita que, desde niño, le obligó a pasar mucho tiempo en el hospital y a ser operado. Su experiencia con este problema fue la que le impulsó para crear TissueLabs, una plataforma con distintos materiales diseñados para crear órganos y tejidos artificiales en el laboratorio. Gracias a esta propuesta, Liguori se ha convertido en uno de los Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2020 de MIT Technology Review en español.
Sus bioimpresoras 3D y el resto de productos patentados por TissueLabs facilitan la biofabricación de tejidos con células vivas. Una vez creados, los investigadores pueden usarlos para el desarrollo de nuevos fármacos y el avance de la investigación sobre distintas enfermedades. El joven afirma que más de 40 laboratorios y más de 200 científicos en todo el mundo ya trabajan con productos de TissueLabs "para la investigación biomédica".
Sus bioimpresoras tienen un menor coste que otras en el mercado, lo que posibilita su acceso a investigadores de países menos desarrollados. Además, estos tejidos artificiales disminuyen la necesidad de usar modelos animales para investigación y permite hacer estudios personalizados con fármacos y otras técnicas. Este avance también eliminará el riesgo del rechazo al órgano trasplantado y que los trasplantados tengan que tomar inmunosupresores durante el resto de su vida.
Los productos de TissueLabs ya permiten elaborar tejidos simples como válvulas cardíacas y vasos sanguíneos. En 15 años, su objetivo es desarrollar equipos capaces de biofabricar órganos complejos como el corazón sin necesidad de trasplante. Su anomalía también fue la que le llevó a estudiar medicina y a investigar para resolver estas patologías sin recurrir a trasplantes en su fase de doctorado. El joven recuerda: "Desde que era un niño, sabía que me gustaría ser médico para ayudar a otros niños que nacieron como yo".
Se trata de "una buena idea, con un gran potencial", valora la secretaria de Vinculación en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2020, Candy Patricia Flores-Gracia.