Rodrigo Salazar (Perú), 30
MaisIdentidade
Ha democratizado el acceso a las prótesis maxilofaciales con ‘smartphones’ e impresoras 3D
Con frecuencia, las personas que sobreviven al cáncer maxilofacial se enfrentan a una dura consecuencia: su rostro ha quedado completamente deformado por la cirugía necesaria para extirpar el tumor. Algunos pueden llegar a perder partes vitales para cosas tan básicas como alimentarse, hablar, oler. Pero la cara también es la sede de la identidad, la vía para que otras personas nos reconozcan y para vernos a nosotros mismos. Una posible solución está en las prótesis maxilofaciales, pero no todo el mundo puede acceder a ellas.
Como cirujano dental especializado en este tipo de prótesis, Rodrigo Salazar decidió crear un nuevo método de fabricación más sencillo para hacerlas más económicas y que lleguen a más gente. Por este motivo Salazar ha sido elegido entre los ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2018 por MIT Technology Review en español.
"Entre perder la vida y operarse no hay elección, pero tras la operación hay unas consecuencias que afrontar. El problema es que la rehabilitación de este tipo de cirugías es uno de los servicios más desprovistos del mundo y esta falta de cobertura afecta al paciente", lamenta Salazar. Su estrategia no solo abarata el precio final de la prótesis sino que al facilitar el proceso, se democratiza, lo que puede aumentar el número de productores de prótesis para que lleguen a un mayor número de afectados.
Hasta hoy el diseño de una prótesis es un proceso casi artístico, con un gran componente de trabajo manual y la necesidad de utilizar equipamiento excesivamente caro y difícil de manipular. La técnica requiere escáneres de cabeza, cámaras especializadas y programas de modelado en 3D, entre otras cosas. "Puede ser necesario invertir hasta medio millón de dólares (unos 400.000 euros) para producir una prótesis", comenta Salazar. Su método, en cambio, utiliza la cámara de un smartphone, software de código abierto e impresoras 3D para "disminuir el coste y que nuevos médicos empiecen a producir este tipo de prótesis", añade.
Salazar desarrolló esta nueva metodología, llamada "+ID", durante su maestría gracias a fondos de la Universidad Paulista de São Paulo (Brasil). Ahora utiliza la fundación Mais Identidade para promover su uso tanto en Brasil como en Perú, pero la técnica también ha llegado a otros países de la región. "Entre 40 y 50 pacientes ya han sido rehabilitados por iniciativa directa o indirecta a través de los procesos de capacitación de profesionales realizados", explica.
El investigador del Laboratorio de Biomecánica y Robótica Aplicada de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Dante Elías, miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2018, considera que se trata de "un excelente ejemplo de cómo el uso adecuado de la tecnología puede transformar la vida de las personas".