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Innovadores menores de 35

Visionarios

Estos jóvenes ven el mundo bajo un prisma distinto al del resto de la gente que les permite descubrir nuevos y potentes usos para las tecnologías

Talib Alhinai (Reino Unido), 25

Colegio Imperial de Londres

Sus drones capaces de imprimir en 3D mientras vuelan podrían reparar fugas en gasoductos y construir refugios en zonas de catástrofe en un tiempo récord

Desde el Departamento de Aeronáutica del Imperial College de Londres (Reino Unido) el joven estudiante de doctorado Talib Alhinai trabaja desde 2009 en un concepto que puede revolucionar el muy tradicional sector de la construcción: crear robots voladores (versátiles y autónomos) capaces de imprimir estructuras en 3D a escala real mientras vuelan.

Alhinai ha sido reconocido como uno de ganadores de Innovadores menores de 35 Europa 2017 de MIT Technology Review en español gracias a una apuesta doblemente innovadora. Por un lado, a diferencia de otros drones recreativos o enfocados a supervisión, vigilancia o grabación de imágenes a distancia, sus dispositivos están preparados para el contacto físico y son más estables y robustos, además de muy precisos. Para ello, los ha dotado de un sistema de estabilización con el que pueden acercarse a los objetos sin sufrir turbulencias mientras se encuentran suspendidos. Por otra parte, el hecho de lograr imprimir en 3D mientras están en vuelo supone un gran avance respecto a las tradicionales impresoras fijas. Las impresoras estáticas que ya existen, y permiten trabajar con materiales como el cemento, son muy grandes, complejas de instalar sobre el terreno y sus rangos de movimiento son reducidos.

Los drones constructores de Alhinai funcionarían como enjambres, coordinados para movilizarse ante una señal de emergencia y autogestionarse en la fabricación de cualquier estructura. Igual que las abejas construyen su panal y las golondrinas del género Aerodramus sus nidos comestibles, los drones de impresión 3D "escupen" capas de material una sobre otra para ir generando estructuras mediante impresión aditiva.

A largo plazo el joven quiere que sus robots puedan ser enviados de manera inmediata a zonas peligrosas y de difícil acceso como epicentros de terremotos y regiones afectadas por inundaciones o temperaturas extremas. El objetivo es que sus máquinas construyan refugios de emergencia para la población o realicen reparaciones en las infraestructuras en un tiempo récord.

El completo desarrollo de estos drones constructores permitiría soñar con enjambres capaces de recolectar y utilizar materiales propios de la zona a la que fueran enviados para construir estructuras, por ejemplo, refugios de hielo en la Antártida o, por qué no, colonias en Marte, vieja promesa incumplida de la Era Espacial. Aunque, como la mayoría de predicciones sobre grandes avances tecnológicos, su creador no cree que lleguen al menos hasta dentro de "unos 40 años".

El material con el que construyen los drones de Alhinai es espuma de poliuretano expansible, que ya se utiliza en el sector de la construcción, sobre todo, como aislante. Se aplica en forma de líquido y se endurece y agranda hasta 25 veces su tamaño original al contacto con el aire. Con sus actuales prototipos ya han fabricado columnas de un metro de alto e incluso una cúpula impresa sobre un soporte inflable con forma de media esfera de metro y medio de diámetro.

A corto plazo, y a medida que avanzan en el desarrollo tecnológico, Alhinai está enfocado en aplicaciones con una potencial llegada al mercado más rápida, como la supervisión y reparación de estructuras. Sus drones podrían sellar fugas en conductos de gas, repintar grandes barcos y puentes, aplicar tratamientos anticorrosión en plataformas petrolíferas y reparar baches en carreteras, entre otras funciones.

Esta línea surge a raíz de su éxito en el UAE Drones for Good Award, la "copa del mundo de los drones", que ganó en 2016 con su robot aéreo para reparación, Buildrone. Actualmente trabaja para adaptar sus servicios a los requerimientos de dos socios industriales: un fabricante de acero en España, con el que tienen un proyecto para reparar fugas en grandes tuberías; y una empresa de energía renovable en Estados Unidos, que utilizaría sus drones para limpiar paneles solares. "Existe la necesidad de que ciertas tareas de reparación peligrosas las lleven a cabo por drones para reducir los riesgos a la vida de los operarios humanos", explica el joven.

Para el responsable del proyecto Living Lab de Andorra en el grupo Changing Places del MIT Media Lab (Estados Unidos) y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Europa 2017, Luis Alonso, "la autoconstrucción robótica es el futuro del nuevo crecimiento urbano y de la exploración del espacio profundo". Por ello considera que el de Alhinai es "un proyecto a largo plazo que puede cambiar el mundo". 

- Por Elena Zafra