Eduardo Jorgensen (España), 25
MedicSen
Su "páncreas artificial" inteligente y sin agujas podría mejorar la calidad de vida de los millones de diabéticos que hay en el mundo
Aunque el futuro del joven médico Eduardo Jorgensen estaba enfocado a la neurocirugía, su trayectoria dio un vuelco hace tres años. Cuando aún era estudiante de medicina, "una niña con diabetes llegó a la consulta, puso su bomba de insulina sobre la mesa y dijo que no iba a seguir con el tratamiento", recuerda. Sus razones no aparecían en ninguno de los libros de medicina que Jorgensen había estudiado. En su lugar, alegaba que "no podía llevar una vida normal como la de cualquier otro niño y sobre todo no quería seguir usando agujas", explica el joven. Así, decidió cambiar por completo su enfoque profesional y se animó a emprender. Actualmente es el CEO de MedicSensors, compañía desde la que trabaja en el desarrollo de MedicSen, un dispositivo que funcionaría como un páncreas artificial y cuyo potencial le ha convertido en uno de los Innovadores Menores de 35 Europa 2017 de MIT Technology Review en español.
La situación de aquella niña no es nada extraordinaria. En el mundo hay más de 422 millones de personas diabéticas, según el primer Informe mundial sobre la diabetes publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta enfermedad crónica aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza dicha insulina de manera eficaz. Se trata de una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Además, los fallecimientos se concentran en los países con bajos recursos, donde ocurren el 80% de las muertes por diabetes del mundo. Las previsiones de la OMS apuntan a que para el año 2030 la diabetes habrá multiplicado por dos su tasa de mortalidad.
Uno de los principales problemas de esta dolencia es que los tratamientos actuales implican el uso de agujas, son poco intuitivos y no garantizan un control personalizado y eficiente de la enfermedad. Por ello, la adherencia a la terapia contra este trastorno está por debajo del 50%. Aquí es donde entra en acción MedicSen, que permite tratar la diabetes de manera personalizada, predictiva y sin agujas. El sistema se compone de un algoritmo inteligente conectado a una app de comunicación con el paciente y a un parche para la piel que libera insulina en el organismo.
Para lograrlo, el equipo de Jorgensen ha desarrollado un algoritmo capaz de registrar y analizar información en tiempo real de los wearables que utiliza a diario un paciente (relojes, pulseras inteligentes, sensores, etcétera). El objetivo de este seguimiento es identificar diferentes patrones de comportamiento y predecir eventos de riesgo para esa persona. Con esta información, el algoritmo calcula las dosis de insulina necesarias en cada momento y envía una señal a un parche inteligente no invasivo y sin agujas que administra esa insulina en el paciente a través de la piel de forma automática. El sistema se comunica con el paciente mediante su app, que le muestra la evolución de sus niveles glucosa y le ofrece recomendaciones para adoptar hábitos de vida más saludables.
Tras haber realizado con éxito los test de laboratorio en animales, Jorgensen y su equipo se preparan para las primeras pruebas en piel humana que tendrán lugar a finales de 2017. El joven detalla: "Hemos conseguido aumentar hasta 50 veces la permeabilidad de la piel a la insulina, un fármaco mucho más complejo que otros para los que ya existen parches transdérmicos, como los que administran nicotina. Esto valida nuestro método sin agujas y nos permite avanzar a los ensayos en humanos". Su objetivo a largo plazo es que MedicSen permita el tratamiento y prevención de otras enfermedades como la obesidad o la hipertensión.
El fundador, investigador y director de innovación de Nuubo y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Europa 2017, Agustín Maciá, considera que Jorgensen "reúne todas las consideraciones principales de impacto, ingenio, e innovación que el premio valora".