
Sylvarum
Tecnología de electroestimulación para restaurar la germinación de semillas
Humedad, nutrientes, temperatura adecuada, agua y un buen cuidado. Los ingredientes para que los cultivas crezcan sanos y puedan ofrecer buenas cosechas están claros, pero uno de los puntos clave de su cadena está precisamente al principio: en la germinación de las semillas. Y es que este paso puede suponer una de las principales barreras para los agricultores e incurrir en pérdidas económicas. Algunas fuentes citan entre un 15% y un 20% los fallos en germinación, lo que encarece los costes de plantación. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que los pesticidas altamente peligrosos pueden causar efectos tóxicos crónicos y dañar organismos esenciales del suelo. Además, un estudio científico publicado en Science Direct ha demostrado que su aplicación reduce la diversidad microbiana y altera el procesamiento de nutrientes, afectando directamente la capacidad de germinación de las semillas.  
Con esta realidad en mente, Guadalupe Murga (Argentina, 29 años) ha fundado Sylvarum, de la mano de la doctora Karina Balestrasse y el doctor Leandro Prevosto, investigadores con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de esta tecnología agrícola. La plataforma aplica electroestimulación para recuperar el potencial de germinación de semillas de baja calidad. El método reduce patógenos, rompe la latencia y mejora la viabilidad sin recurrir a químicos ni modificaciones genéticas. La propuesta se integra en las líneas de acondicionamiento existentes, sin residuos ni disrupciones operativas, ofreciendo una alternativa escalable y sostenible a los tratamientos tradicionales.
La motivación de Murga nació de su experiencia científica: «Durante años investigué en laboratorio y los proyectos se quedaban en publicaciones, sin un impacto real. Incluso desarrollamos un sensor no invasivo de glucosa para mi hermana diabética, pero nunca llegó al mercado. Entendí que la única forma de que la ciencia cambiara la vida de las personas era a través del emprendimiento«. Con Sylvarum, decidió llevar su investigación más allá del papel y transformarla en soluciones aplicadas a la agricultura.
Murga es bioingeniera por la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina), donde obtuvo el mayor promedio de su facultad en 2019. Fue becaria del programa Friends of Fulbright (EE UU) y realizó un intercambio académico en la Universidad de Nuevo México (EE UU). También fue seleccionada por la Fundación Botín (España) para su Programa de Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina.
Según datos de las empresa, la tecnología de Sylvarum ha demostrado reducir en un 60% los tiempos de latencia de las semillas, con ahorros potenciales de 800.000 dólares (unos 740.000 euros) anuales en una sola planta procesadora. También propone recuperar cerca del diez por ciento de la producción que normalmente se descarta, lo cual representaría ahorros de un millón de dólares (925.000 euros aproximadamente) en promedio por planta.
Murga afirma que el futuro de Sylvarum pasa por convertirse en un socio estratégico para la industria de semillas, ayudando a producir más con menos recursos: «Queremos contribuir a la seguridad alimentaria y a la sostenibilidad global, empezando en Latinoamérica, pero con visión de expansión internacional«.
Murga ahora forma parte de los 35 Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2025, reconocidos por MIT Technology Review en español.
 
				





 
          



