
A veces, los puntos calientes geotérmicos son evidentes: basta con observar los géiseres y las aguas termales que emergen en la superficie. Pero en otros lugares permanecen ocultos a miles de metros bajo tierra. Ahora, la inteligencia artificial podría ayudar a descubrir estos bolsillos de energía escondidos.
La empresa emergente Zanskar anunció hoy que ha utilizado IA y métodos computacionales avanzados para localizar un sistema geotérmico ciego (es decir, sin señales visibles en la superficie) en el desierto del oeste de Nevada. Según la compañía, se trata del primer sistema de este tipo identificado y confirmado como viable comercialmente en más de 30 años.
Tradicionalmente, encontrar nuevos emplazamientos para energía geotérmica era cuestión de fuerza bruta: las compañías invertían tiempo y dinero perforando pozos profundos en busca de lugares adecuados para instalar una planta.
El enfoque de Zanskar es mucho más preciso. Con los avances en IA, la empresa pretende “resolver un problema que había sido irresoluble durante décadas y, por fin, encontrar esos recursos y demostrar que son mucho mayores de lo que se pensaba», afirma Carl Hoiland, cofundador y director ejecutivo.
Para que una planta geotérmica funcione, el sitio debe ofrecer altas temperaturas a una profundidad accesible y espacio para que los fluidos circulen por la roca y transmitan calor. En el caso del nuevo yacimiento, bautizado como Big Blind, el premio es un reservorio que alcanza los 250 °F a unos 2.700 pies bajo la superficie.
A medida que la demanda eléctrica crece en todo el mundo, sistemas como este podrían proporcionar energía constante sin emitir los gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático.
La compañía ya ha identificado numerosos puntos calientes potenciales gracias a su tecnología. «Tenemos decenas de sitios que se parecen mucho a este», asegura Joel Edwards, cofundador y director de tecnología. Pero en Big Blind, el equipo ha realizado trabajo de campo para confirmar las predicciones del modelo.
El primer paso para localizar un nuevo sitio consiste en usar modelos regionales de IA para explorar grandes áreas. El equipo entrena sus modelos con datos de puntos calientes conocidos y simulaciones propias. Después incorpora información geológica, satelital y otros datos, incluidos los relacionados con fallas tectónicas. Los modelos predicen dónde podrían encontrarse nuevos puntos calientes.
Una de las fortalezas de la IA en esta tarea es su capacidad para manejar la enorme complejidad de la información. «Si hay algo que se pueda aprender en la Tierra, aunque sea un fenómeno muy complejo y difícil de entender para nosotros, las redes neuronales son capaces de aprenderlo si se les da suficiente información», explica Hoiland.
Cuando los modelos señalan un posible punto caliente, un equipo se desplaza al lugar (que puede abarcar unos 260 kilómetros cuadrados) y recopila datos adicionales mediante técnicas que incluyen perforaciones superficiales para medir temperaturas subterráneas.
En el caso de Big Blind, esta información dio a la empresa la confianza suficiente para adquirir una concesión federal que le permitirá desarrollar una planta geotérmica. Con el permiso asegurado, el equipo volvió en julio y agosto con grandes equipos de perforación y excavó miles de pies. Encontraron la roca caliente y permeable que esperaban.
El siguiente paso será obtener permisos para construir y conectarse a la red, además de asegurar las inversiones necesarias para levantar la planta. El equipo también continuará con pruebas en el sitio, incluidas mediciones a largo plazo para seguir el flujo de calor y agua.
«Existe una necesidad enorme de metodologías que permitan buscar estructuras a gran escala», señala John McLennan, responsable técnico de gestión de recursos en Utah FORGE, un laboratorio nacional de campo para energía geotérmica financiado por el Departamento de Energía de EE UU. El hallazgo es «prometedor», añade McLennan.
Big Blind es el primer descubrimiento confirmado de Zanskar en un área no explorada previamente, aunque la empresa ya ha utilizado sus herramientas en otros proyectos geotérmicos. A principios de este año anunció un hallazgo en un sitio que la industria había explorado pero nunca desarrollado. Además, adquirió y reactivó una planta geotérmica en Nuevo México.
Y esto podría ser solo el comienzo para Zanskar. Como resume Edwards: «Este es el inicio de una ola de nuevos sistemas geotérmicos naturales que tendrán suficiente calor para sostener plantas de energía».





