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En las próximas décadas, el mundo necesitará muchas más baterías para alimentar los coches eléctricos y mantener la estabilidad de las redes eléctricas. Hoy en día, la mayoría de las celdas de las baterías se fabrican con litio, por lo que se prevé que este mineral tenga una demanda muy elevada, lo que supondrá riesgos para la cadena de suministro: según la Agencia Internacional de la Energía, en 2030 el 85 % del suministro mundial de litio se refinará en solo tres países: China, Chile y Argentina.  

Pero ha aparecido una nueva tecnología que podría revolucionar la industria mundial de las baterías. Las baterías de iones de sodio se fabrican con un elemento 400 veces más abundante que el litio. Se puede encontrar y extraer prácticamente en cualquier lugar donde haya agua de mar o depósitos de sal en el suelo, y su recolección es una práctica centenaria. Durante décadas, la investigación de esta tecnología se abandonó debido al enorme éxito comercial de las baterías de iones de litio. Ahora, HiNa Battery Technology está trabajando para que el sodio vuelva a ser protagonista y llegue al mercado masivo.   

Dirigida por investigadores de la Academia China de Ciencias, el objetivo de HiNa es comercializar la tecnología de iones de sodio en una industria dominada por el litio. Para ello, ha construido laboratorios para desarrollar sus propias fórmulas químicas y fábricas para fabricar celdas a gran escala.   

HiNa comenzó la fabricación en masa el año pasado, lanzando al mercado dos productos de iones de sodio. Uno es una batería en forma de cubo para almacenar electricidad, que ya está alimentando estaciones de almacenamiento de energía a escala comercial en China, incluida una en la provincia de Hubei que comenzó a funcionar en julio de 2024. El otro producto es una batería cilíndrica que ya se utiliza en ciclomotores eléctricos (muy comunes en China) y otros vehículos pequeños.   

En comparación con sus homólogas de litio, las baterías de iones de sodio funcionan mejor en entornos fríos y se cargan más rápido, pero tienen una menor densidad energética. Esto significa que una batería de ion de sodio transporta menos energía que una batería de ion de litio del mismo tamaño, lo que supone un problema para los coches, ya que eso significa una menor autonomía.   

HiNa afirma que seguirá aumentando la densidad energética de sus productos mediante innovaciones tecnológicas, como el uso de materiales más eficientes para el cátodo y el ánodo y la mejora de la estructura de las baterías. Actualmente, la densidad energética de su batería cúbica es de 165 vatios-hora por kilogramo, alrededor del 80 % de la de una batería de fosfato de hierro y litio, la batería de litio más utilizada en China.  

Indicadores clave  

  • Sector: Almacenamiento de energía  
  • Año de fundación: 2017  
  • Sede: Pekín, China  
  • Dato destacable: HiNa fue fundada por Chen Liquan, investigador de la Academia China de Ciencias, y tres de sus alumnos, con el apoyo de la academia. Chen es conocido como «el padre de las baterías de litio chinas» por liderar el equipo que desarrolló la primera célula de este tipo en el país hace tres décadas. A sus 85 años, Chen sigue supervisando la investigación y el desarrollo de HiNa junto con uno de sus alumnos, el presidente de la empresa, Hu Yongsheng.  

Potencial de impacto  

El mercado mundial del ion de sodio aún se encuentra en una fase incipiente y su futuro es incierto, pero la iniciativa de HiNa ha proporcionado una posible solución para que el mundo alcance las cero emisiones netas de carbono sin depender excesivamente de unos pocos minerales críticos, cuya producción ha suscitado preocupaciones medioambientales, humanitarias y geopolíticas.   

En el sector del almacenamiento de energía, el principal ámbito de uso de las baterías de iones de sodio, se espera que estas alcancen hasta el 30 % del mercado mundial en 2030. Solo la planta de almacenamiento de energía de 50 megavatios de la provincia de Hubei prevé evitar unas 13 000 toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivale aproximadamente a retirar de la circulación unos 3.000 coches de gasolina.   

Advertencias  

HiNa se enfrenta a una gran pregunta: ¿pueden las baterías de iones de sodio prosperar comercialmente? Se prevé que las células de iones de litio sigan siendo más baratas y potentes en un futuro previsible. El precio unitario de las baterías de iones de sodio es actualmente un 60 % más alto que el de las de litio, pero su coste de producción teórico debería ser, en última instancia, un tercio más bajo que el de las células de iones de litio. Los analistas del sector afirman que HiNa y otros fabricantes de baterías de iones de sodio deben garantizar que los clientes obtengan más por su dinero para crear un mercado.  

Los gigantes chinos de las baterías de litio también están dando pasos hacia el sodio, lo que aumenta la presión sobre empresas especializadas como HiNa. CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo, ha anunciado que producirá en masa baterías de iones de sodio para coches eléctricos a finales de este año. Mientras tanto, el gigante de los vehículos eléctricos BYD está construyendo una enorme fábrica en el este de China dedicada a la fabricación de celdas de iones de sodio.   

Próximos pasos  

El plan  de HiNa es centrarse en unos pocos submercados. Afirma que sectores como el de los camiones pesados y el almacenamiento de energía representan un enorme potencial debido al gran mercado interno de China.    

La empresa tiene como objetivo lanzar este mes una batería de ion de sodio de carga rápida para camiones pesados. Según HiNa, la batería se puede cargar completamente en solo 20 minutos. Se espera que esta característica resulte atractiva para los conductores de camiones, que no pueden permitirse largas paradas en boxes.