Un nuevo dispositivo portátil podría ayudar a personas con ceguera a detectar los objetos a su paso mediante sonidos.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (España) han desarrollado un nuevo sistema que podría suponer un gran un paso hacia la autonomía de los usuarios ciegos. El dispositivo, presentado en la I Convención sobre Innovación organizada por la Comisión Europea a comienzos de diciembre de 2011 en Bruselas (Bélgica), está dirigido a ayudar a personas con discapacidad visual a sortear los obstáculos en su camino.
Bajo el nombre de EYE 2021, este sistema de ampliación visual funciona transformando en un mapa acústico la información en 3D que recibe a través de unas gafas, generando sonidos que representan los diferentes objetos. Los sonidos emitidos consisten en una secuencia de clics que el usuario percibe como provenientes de la superficie del objeto, como aviso de que hay algo ahí con lo que podría tropezar o chocarse.
La idea se fundamenta en la ‘ecolocalización’, un fenómeno del mundo animal por el que los animales emiten llamadas y escuchan los ecos que estas producen en los objetos de alrededor para evaluar su distancia.
Para su correcto funcionamiento, el EYE 2021 requiere un micrordenador, auriculares y una gafas muy ligeras que incorporan las microcámaras del sistema de visión. Guillermo Peris-Fajarnés, director del Centro de Investigación en Tecnologías Graficas (CITG) de la Universidad Politécnica de Valencia y desarrollador del proyecto, lo compara con el sistema Kinect de detección de movimiento en 3D para la Xbox 360 de Microsoft. En ambos casos, se establece un proceso de detección del ambiente en tres dimensiones.
Así, cualquier persona ciega que lo usase podría detectar de inmediato los obstáculos a su paso, mientras que un usuario entrenado podría incluso crearse un ‘mapa visual’ del espacio que le rodea. Eso sí, Peris-Fajarnés insiste en que el sistema no pretende sustituir al bastón o a la ayuda de un perro guía. “Su único objetivo es ampliar la gama de sistemas ya existentes para mejorar la independencia y permitir a los usuarios ciegos tener un sistema complementario”, asegura.
En un futuro próximo, los investigadores planean desarrollar más módulos que permitan, por ejemplo, la lectura, la ubicación espacial o el reconocimiento facial. De momento, lo que ya están haciendo es probar las primeras unidades del EYE 2021 con usuarios ciegos.
Jonathan Chacón, desarrollador y consultor en accesibilidad, usabilidad y nuevas tecnologías, podría ser próximamente uno de ellos. En su opinión, aunque hay un par de proyectos similares en Inglaterra y Estados Unidos, “este parece más interesado en la fase de pruebas con ciegos para alcanzar un producto más usable”.
El balance que Chacón hace de este dispositivo tras analizarlo desde el punto de vista teórico es positivo. “Me parece un producto con mucho potencial para el mercado y puede ser un compañero ideal de viaje para el día a día”, asegura. “No pretender ser un sustituto del bastón o el perro guía es todo un acierto, ya que se ha demostrado sobradamente la eficacia de estos dos métodos para el uso diario de las personas ciegas”, añade. Sin embargo, Chacón sí cree que este dispositivo “puede cubrir ciertos vacíos que poseen ambos métodos de exploración del terreno”.
Por otra parte, el consultor valora que el EYE 2021 “parece no ser demasiado intrusivo con el aspecto habitual que presenta una persona ciega”, aunque cree que las gafas podrían provocar cierto rechazo en algunos usuarios que se han habituado al usar unas propias o que se sienten incómodos al llevar gafas.
Chacón cree la versión actual limitaría su uso a la calle o a edificios no conocidos, pero la posible ampliación de funcionalidades para soportar reconocimiento facial y lectura podría justificar el uso en casa y la oficina. También cree que el dispositivo debería incorporar asistencia para rutas vía GPS o algún sistema de geoposicionamiento que permita al usuario ser totalmente autónomo para realizar rutas desconocidas.
Uno de los defectos más apreciables del EYE 2021 es, según Chacón, el uso de auriculares de forma constante. “Tapar el conducto auditivo a una persona ciega es negarle mucha de la información necesaria para una correcta actividad de paseo”. Él mismo propone una sencilla solución: utilizar auriculares de hueso, que permiten acceder a información acústica de aparatos eléctricos sin necesidad de tapar el conducto auditivo.
Otro inconveniente que destaca el consultor es la autonomía del dispositivo, ya que “puede ser muy peligroso para una persona ciega recibir información a destiempo o de forma errónea si las baterías del dispositivo empiezan a fallar”.
Un punto débil a añadir sería que, al basarse en la ecolocalización, el sistema no valdría para personas sordociegas o con un bajo nivel auditivo, que “son comunes dentro de la población ciega”. Para solucionarlo, Jorge Martínez, ingeniero en Tecnología de Apoyo para Personas con Discapacidad en la empresa BJ Adaptaciones, propone que el sistema también contemple señales vibratorias.
Además de las ampliaciones de funcionalidad que comenta Jonathan, Martínez cree que podría ser interesante añadir un sistema de reconocimiento de códigos QR (que están sustituyendo al código de barras) para acceder a la información del entorno. “Así -según explica- al acercarte lo suficiente a cosas como rótulos, carteles, etc., el dispositivo podría descodificar el texto y reproducir el mensaje mediante una voz artificial”.
En cualquier caso, tanto Martínez como Chacón destacan las ventajas y la utilidad de este sistema. “Las tecnologías asociadas al dispositivo están en auge, por lo que es evidente la continua mejora que experimentará”, señala Chacón. Para él, la portabilidad es uno de sus mayores beneficios, dado que “permite disfrutar de las funciones del sistema en cualquier lugar y ocasión”.
La materialización de las primeras unidades de EYE 2021 está prevista para el próximo mes de marzo y se planea comercializarlo este verano. Para cuando eso ocurra, Chacón aconseja al fabricante que recurra a las diversas organizaciones y asociaciones de ciegos, que podrían facilitar el aprendizaje del dispositivo a través de sesiones formativas. “De esta forma, se garantizaría que el usuario lo utilizará de forma correcta y sin riesgo para su integridad física”, sentencia el experto.