
Un nuevo sensor de corrosión que hace más rentables las turbinas eólicas costeras
Año Honorado
2015
Región
Europa
Procedente de
Bélgica
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir en Reddit
Compartir por correo electrónico
«El viento que sopla sobre los mares europeos genera, en promedio, el 1% de la electricidad consumida en el continente gracias a los 8 Gigavatios (GW) de potencia instalados en los parques eólicos costeros, según los datos de 2014 proporcionados por la European Wind Power Association. Esto puede no parecer importante, pero se vuelve significativo cuando se compara con los planes anunciados por los líderes de la industria: alcanzar 10 GW en 2015 y multiplicar estos números por 10 en el futuro cercano. La tecnología desarrollada por Yves Van Ingelgem puede ser crucial para alcanzar este ambicioso objetivo.
Las turbinas ubicadas en los parques eólicos son gigantes de acero con pies de arcilla. Debido a que sus cimientos están bajo el agua, el acero que soporta las estructuras es especialmente vulnerable al poder corrosivo de las olas. La combinación de agua, sal y oxígeno es letal para este material, lo que hace vital mantenerse en contacto con el estado del metal para evitar daños irreparables en estas megaestructuras.
Esto es precisamente lo que Zensor, la empresa fundada por este innovador belga, ofrece utilizando sensores que detectan alteraciones en los materiales mucho antes de que puedan comprometer la integridad de estas estructuras. La empresa instala una variedad de sensores que miden regularmente múltiples aspectos relacionados con el estado de salud de los materiales. Zensor luego introduce los datos recopilados en el software de análisis diseñado por Van Ingelgem para producir un diagnóstico final.
Todo comenzó por casualidad cuando Van Ingelgem estaba trabajando en su doctorado en ingeniería en la Universidad Libre de Bruselas (VUB, Bélgica), donde desarrolló algoritmos utilizados para analizar la reacción de los metales a la corrosión. Cuando los científicos de materiales comenzaron a utilizar su programa, en ocasiones obtenían resultados inesperados. Van Ingelgem recuerda que le dijeron que sus algoritmos estaban defectuosos, pero más tarde se demostró que era todo lo contrario. El análisis producido por su software utilizando las mediciones obtenidas por los investigadores resultó ser capaz de identificar la reacción de disolución metálica en etapas más tempranas que los métodos tradicionales utilizados anteriormente.
Como explica el CEO de Zensor sobre el funcionamiento de sus sensores: “En lugar de medir la pérdida de material como resultado de la corrosión, medimos la actividad generada por la reacción corrosiva en sí, al estudiar la variación de la respuesta eléctrica de la superficie metálica”. De esta manera, es posible medir continuamente el estado de los materiales de la estructura, lo que permite detectar la pérdida de integridad estructural mucho antes de lo que podrían identificar los procesos de inspección.
Los beneficios financieros para las empresas que adoptan la tecnología de Van Ingelgem son numerosos. La detección temprana reduce los costos de mantenimiento, ya que las reparaciones necesarias son más simples y menos costosas que aquellas que requieren problemas más avanzados. Un mejor mantenimiento también prolonga la vida útil de estas estructuras, lo que las hace aún más rentables, y el control de calidad mejorado minimiza el riesgo de accidentes, lo que a su vez reduce las primas de seguro.
En lo que respecta a los parques eólicos costeros, todo esto contribuye a reducir el precio de la electricidad generada, aumentando la viabilidad de esta fuente de energía. Hoy en día, la tecnología de Zensor ya se está utilizando en dos de estos parques eólicos costeros, con una tercera instalación en proceso y varias más en camino para su instalación próximamente.
Para Federico Rosei, Director del Instituto Científico Nacional de Quebec y miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovators Under 35 Bélgica, «la tecnología desarrollada por Yves van Ingelgem es muy prometedora, no solo demuestra un dominio magistral de la ingeniería, sino también una relevancia potencial para el campo».