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Analizar datos recién disponibles sobre las complejidades de la vida urbana podría mejorar las ciudades.

Desplazarse diariamente por la congestión y la contaminación apocalípticas de Pekín puede poner a prueba la paciencia de cualquiera. Pero ha inspirado grandes ideas a Yu Zheng, investigador principal de Microsoft Research Asia.

Tomemos la contaminación. La mayoría de los sistemas de monitoreo de calidad del aire en China ofrecen una lectura para toda una ciudad. Pero la calidad del aire puede variar enormemente dentro de una misma ciudad según el tráfico, la densidad de edificios y las condiciones meteorológicas. Zheng está teniendo eso en cuenta con un nuevo proyecto, U-Air. Analiza datos actuales y pasados de redes de monitoreo y muchas otras fuentes para inferir la calidad del aire en cualquier punto concreto de la ciudad. Zheng espera que, con el tiempo, el sistema pueda predecir la calidad del aire con una o incluso cinco horas de antelación. Eso podría ayudar a la gente a decidir, por ejemplo, cuándo y dónde salir a correr—o cuándo deberían cerrar la ventana o ponerse una mascarilla.

En un proyecto anterior, Zheng y su equipo demostraron que los servicios de mapas en línea podrían recomendar rutas mucho mejores si tuvieran en cuenta los atascos en lugar de limitarse a encontrar los trayectos más cortos. El truco fue aprender de los taxistas de Pekín, que se ven obligados a encontrar las rutas más inteligentes cada día. El grupo de Zheng analizó datos GPS de 33.000 taxistas de Pekín y descubrió cómo enseñar sus sutiles métodos a un programa de mapas.

“Cuando veo un problema”, dice, “siento pasión por intentar resolverlo.”