
Ayudando a acceder a Internet a través de minisatélites
«Una red de 50 nanosatélites podría actualizar fácilmente todas las imágenes de Google Earth cada 24 horas, en lugar de cada 6 meses», explica entusiasmado Stanislaw Ostoja-Starzewski, un joven ingeniero y emprendedor francés, cofundador junto con Spas Borisov de NovaNano en 2009. Juntos, buscan lograr un cambio decisivo en la tecnología satelital, que prevén será el próximo «salto tecnológico» tras los teléfonos móviles, el GPS, las tabletas y la nube. Un sueño que están convirtiendo lenta pero constantemente en realidad, como demuestra su reconocimiento como Innovador menor de 35 años por MIT en Francia. «Con nuestra tecnología podríamos garantizar el acceso a Internet a los dos tercios de la población mundial que actualmente no cuenta con infraestructura de comunicación alguna». No sorprende que incluso Google esté explorando la tecnología de pequeños satélites junto con otras tecnologías para convertirse en un operador global de Internet móvil.
Aprovechando la miniaturización constante y las mejoras tecnológicas, y llevándolas aún más lejos mediante el diseño de una antena avanzada, Ostoja-Starzewski ha convertido su pasión por la tecnología de vanguardia en una prometedora iniciativa empresarial. Propone el diseño, lanzamiento y puesta en órbita de un tipo particular de satélites, los llamados nanosatélites, que no superan los 50 kg de peso. El tamaño y peso reducidos los hacen mucho más baratos de construir, operar y, sobre todo, colocar en órbita alrededor de la Tierra. Muchos nanosatélites llegan al espacio «tomando un aventón» de programas más costosos que ofrecen espacio disponible a «pasajeros de pago». Ser pequeños y estar listos para volar en cualquier momento es sin duda una ventaja.
Tras apenas 5 años, NovaNano ya ha logrado lanzar su primer satélite y ha conseguido acuerdos con programas de lanzamiento para gestionar el envío futuro de nanosatélites, ya sea con fines de comunicación, seguridad, monitoreo ambiental o, como en el caso de Google Earth, para estudios topográficos. Su uso puede ser tan amplio que también pueden ayudar a los sectores del transporte, la logística o la energía. Ostoja-Starzewski prevé poder captar hasta el 50 % del mercado actual de comunicaciones satelitales —que actualmente asciende a 2 mil millones de dólares al año— para 2020, un objetivo ambicioso que justifica por el hecho de que su tecnología permite tasas de transmisión de datos 50 veces superiores a los satélites actuales.
Además, han estructurado su empresa no solo como proveedor de alta tecnología, sino también como operador de datos: la plataforma que han desarrollado, llamada Global Connectivity System, no solo incluye su propia constelación de nanosatélites para la transmisión y recepción de datos, sino también centros de gestión de datos y terminales. Una solución llave en mano donde proponen encargarse de cualquier aspecto de las necesidades de comunicación de sus clientes. Y si algunos solo quieren ayuda para «subirse al espacio», Ostoja-Starzewski también estará ahí para ayudarlos.