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Su biosensor detecta la contaminación fecal en las reservas de agua destinadas al consumo humano.

«En zonas con pocos recursos, como el África subsahariana, la ausencia de datos sobre la calidad del agua supone un grave riesgo. Por esta razón, Sharon Velasquez ha aprovechado el proceso de degradación que llevan a cabo algunas bacterias orgánicas para generar electricidad que permite a su biosensor detectar la contaminación fecal en la fuente de agua.

Las pilas de combustible microbianas (MFC) que utiliza Velasquez funcionan como baterías, con la diferencia de que en las MFC el flujo de corriente es generado por los componentes cargados eléctricamente que producen las baterías al cargarse. De esta manera es posible crear sensores que detectan el material orgánico presente en el medio a medida que las bacterias comienzan a metabolizar el material orgánico.

El biosensor de Velásquez se caracteriza por su forma cilíndrica, que permite que la reacción química resultante se produzca directamente en el entorno.

Esta tecnología pretende abordar el problema de la contaminación fecal de los suministros de agua, dado que no puede controlarse de forma continua a través de los sistemas existentes porque el proceso de detección es más largo y requiere mayores recursos humanos».