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Una píldora para descontaminar a personas tras una exposición a la radiación

«Torio, uranio, plutonio… Estos elementos, que forman parte de la familia de los metales conocidos como actínidos, comparten una propiedad común que los hace extremadamente peligrosos: la radiactividad. La expansión de los programas de energía nuclear en todo el mundo, anteriormente restringida a solo unos pocos países, implica que un número creciente de personas puede entrar en contacto accidentalmente con una variedad de elementos radiactivos, o incluso ingerirlos. Extraerlos una vez que ya están dentro del cuerpo humano es una tarea delicada y compleja, y como afirma Rebecca Abergel, “existe una necesidad urgente de un tratamiento oral, sencillo y eficaz, ya sea para el personal de las plantas nucleares o para las posibles víctimas de armas radiológicas”. Abergel es una joven química francesa que estudió en la Universidad Pierre y Marie Curie de París, y actualmente dirige el Programa de Decorporación de Actínidos y Química Biológica en el Laboratorio Nacional de la Universidad de Berkeley (EE. UU.).

Algunos fármacos existen, como el DTPA o ácido pentético, pero no son suficientemente versátiles considerando la urgencia del tratamiento una vez que el cuerpo humano está contaminado: por un lado, el DTPA debe administrarse por vía intravenosa o por nebulización, lo que lo hace menos práctico que un tratamiento oral, y, lo que es más importante, es específico para el plutonio e ineficaz con el uranio. Si ocurre un accidente, es más probable que el paciente haya estado expuesto a una combinación de ambos elementos.

Abergel ya ha logrado resultados prometedores con una nueva familia de moléculas que actúan mediante un proceso conocido como quelación: el fármaco “captura” los metales pesados y tóxicos en el cuerpo, impidiendo que se unan a otros agentes, y luego se excretan normalmente a través de la orina. Según las pruebas preclínicas, afirma Abergel, “este tratamiento es capaz de extraer el 90% de los metales dentro de las primeras 24 horas si se administra en las horas siguientes a la ingestión”, y es activo frente a un grupo más amplio de sustancias que el DTPA. Estas moléculas han sido “mejoradas” por el equipo de Abergel respecto a agentes similares presentes en la naturaleza para que tengan este comportamiento específicamente con actínidos como el uranio y el plutonio, y por tanto reúnen todas las características ideales de un tratamiento contra el envenenamiento por metales radiactivos.

El proceso de quelación es muy delicado, ya que el cuerpo humano contiene de forma natural otros metales (notablemente, hierro y zinc) que también podrían ser eliminados si el fármaco no fuera lo suficientemente “selectivo”. Por eso, se están llevando a cabo nuevas pruebas para demostrar la ausencia de efectos secundarios de este tipo. Abergel ha supervisado la preparación de los protocolos y procedimientos necesarios para la correcta producción de estos compuestos a escala industrial. Todo esto está a la espera de la autorización crucial de la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.) para su comercialización.»