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Una mano biónica impresa en 3D

Año Honorado
2015
Región
Europa
Procedente de
Francia
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«En 2002, un accidente cambió la vida del joven Nicolas Huchet. A los 18 años, este mecánico industrial tuvo que aprender a vivir con una mano prostética mioeléctrica que no se parecía en nada a lo que había visto en las películas. Después de 10 años de limitaciones funcionales, en 2012 el mercado ofreció modelos nuevos y mejores, pero no podía permitírselos. El alto precio de estas prótesis no está cubierto por el sistema de seguridad social francés.

Ese mismo año, por casualidad, Huchet descubrió la cultura ‘maker’ en LabFab en Rennes (Francia), y pensó de inmediato si sería posible construir su propia prótesis. Ahora presenta con orgullo su Mano Biónica en diversas exposiciones de electrónica, una prótesis que hizo para sí mismo con partes impresas en 3D y hardware de código abierto.

Las prótesis mioeléctricas tienen electrodos que detectan los impulsos de contracción muscular y los amplifican para generar una señal electrónica. Esta señal llega a un microprocesador como una orden para flexionar o extender los dedos. «En esencia, es una mano robótica cuyas instrucciones provienen de los músculos del brazo y no de un programa informático», explica Huchet. Se trataba de adaptar el diseño de la mano robótica a las necesidades de las prótesis y descubrir cómo controlar los sensores mioeléctricos.

El prototipo actual tiene dos sensores que detectan la contracción de dos músculos y luego los envían a una placa Arduino. Esta interpreta las señales como comandos para abrir o cerrar la pinza, que es la forma de la mano utilizada para sujetar un objeto como un vaso, por ejemplo.

El objetivo de Huchet es proporcionar mayor movilidad para lograr otras funciones, como un agarre lateral para hacer un gesto de puño y sujetar algo con fuerza, o usar solo el dedo índice para señalar, o presionar teclas y botones. El resultado sería similar a la prótesis avanzada disponible comercialmente, pero a una fracción del costo. «Esto requiere más sensores y motores, lo que aumenta el peso de las prótesis normales y haría inviables las prótesis regulares, pero la Mano Biónica está hecha completamente de plástico impreso en 3D, por lo que será más ligera», dice el joven francés.

En palabras de Maud Ankaoua, jueza de los premios MIT Technology Review Innovators Under 35 en Francia y fundadora de la empresa MKWA Innovation, Nicolas Huchet tiene un «talento y compromiso reconocidos, y una habilidad para comunicar su entusiasmo por el proyecto.»

El diseño de la Mano Biónica ha sido premiado en varias exposiciones en Roma (Italia), París (Francia), así como en San Francisco y Nueva York (EE.UU.). Gracias a este éxito, Nicolas Huchet ha creado My Human Kit, una fundación para canalizar el proyecto y colaborar con instituciones como la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) y el Instituto de Biorrobótica de Pisa (Italia) y, en el futuro, ampliar la gama de productos desarrollados de manera abierta y económica para personas con necesidades especiales.»