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El CEO de una startup solar espera que nunca veas su producto.

Miles Barr me conduce a una sala de conferencias calurosa y soleada. Abre un estuche metálico y revela filas ordenadas de lectores electrónicos, teléfonos inteligentes y tabletas.

Me entrega dos teléfonos, cada uno mostrando la misma imagen colorida de un árbol, y dice que uno de ellos está recibiendo electricidad de un panel solar en su pantalla. Entrecierro los ojos tratando de distinguirlos, pero no puedo. Lo mismo ocurre con dispositivo tras dispositivo en su estuche. Incluso en interiores, su lector electrónico —que requiere mucha menos energía que los teléfonos— obtiene suficiente energía de su recubrimiento fotovoltaico transparente como para que enchufarlo sea completamente innecesario.

Los paneles transparentes aún no están en el mercado, pero es fácil ver que serían un éxito. Ya se pueden comprar teléfonos con células solares en la parte trasera, pero solo generan energía si los dejas boca abajo. Estas células solares transparentes funcionan mientras usas el dispositivo normalmente.

12%
Porcentaje del consumo eléctrico en hogares estadounidenses atribuido a dispositivos electrónicos

Las células solares de Barr no se pueden ver porque están hechas de moléculas similares a tintes que absorben longitudes de onda de la luz que el ojo humano no puede ver, dejando pasar la luz visible. En 2011, cofundó una empresa llamada Ubiquitous Energy para desarrollar esta tecnología, comenzando con células solares que aún eran ligeramente visibles en la pantalla. Desde entonces, la startup ha logrado que sean prácticamente invisibles y lo suficientemente eficientes para aplicaciones de bajo consumo como lectores electrónicos y relojes. Ahora están intentando mejorar la fiabilidad del proceso de fabricación para que estos recubrimientos puedan integrarse en las líneas de ensamblaje existentes de dispositivos electrónicos.

Barr combina su capacidad inventiva con un talento natural para las ventas. En la universidad, mostró células solares impresas en papel doblando la hoja en forma de avión y conectando cables eléctricos para demostrar que podía generar electricidad. Sus demostraciones han ayudado a recaudar 8 millones de dólares para Ubiquitous Energy, que recientemente se mudó del Cambridge Innovation Center cerca del MIT a Silicon Valley.

Barr cree que puede ir mucho más allá de alimentar dispositivos electrónicos portátiles. En su demostración sostiene dos paneles de vidrio, uno de ellos equipado con sus células solares invisibles. Al absorber luz infrarroja y ultravioleta, las ventanas con esta tecnología podrían ayudar a mantener una habitación fresca y, al mismo tiempo, generar energía.