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Los beneficios del plasma sanguíneo podrían llegar a los países subdesarrollados gracias a su método de fraccionamiento más barato.


«Los beneficios del plasma sanguíneo son cada vez más conocidos. Algunas de sus proteínas, como la inmunoglobulina y la albúmina, se utilizan durante la cirugía y también pueden utilizarse para tratar trastornos inmunológicos, enfermedades inflamatorias, hipoglucemia, desnutrición y mucho más. Pero los métodos para separar los diferentes componentes del plasma (también conocidos como fraccionamiento) son bastante ineficientes. El más común, el proceso Cohn, se remonta a la Segunda Guerra Mundial y es muy caro, lo que limita su uso en países de bajos recursos. Para hacer frente a esta situación, Mariángela Vargas ha diseñado un método innovador que fracciona el plasma de forma más barata y eficiente, y este descubrimiento le ha valido el reconocimiento como una de las Innovadoras menores de 35 años de América Central 2016 de MIT Technology Review, edición española.

El proceso Cohn utiliza etanol para precipitar proteínas. Durante todo el proceso, el plasma debe mantenerse a una temperatura de -5 °C, lo que conlleva elevados costes de refrigeración. Gracias al apoyo del Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica, Vargas ha creado un procedimiento destinado específicamente a la extracción de inmunoglobulina y albúmina que consiste en un sistema de fases acuosas que permite que los elementos permanezcan a temperatura ambiente y fraccione el plasma de manera más eficiente. La joven innovadora explica: «También utilizamos otro método para purificar las fracciones con el fin de obtener una mayor calidad, un mejor rendimiento y menores costes».

El proyecto se encuentra actualmente en fase piloto. La aplicación de este proceso a escala nacional requeriría una planta farmacéutica de al menos 3000 metros cuadrados y un presupuesto de aproximadamente 5,5 millones de euros. En Costa Rica, país natal de Vargas, su iniciativa ya ha obtenido el apoyo de la Caja Costarricense de Seguro Social, que proporcionará sangre procedente de donaciones voluntarias y recibirá a cambio las proteínas extraídas. «Parte de los fondos serán aportados por la Universidad de Costa Rica y estamos evaluando la posibilidad de establecer otro fideicomiso público para complementar esos fondos», añade Vargas.

«Dado que los costes podrían ser inferiores al precio actual ofrecido por los productos farmacéuticos internacionales», el método de Vargas «generará un gran impacto», tanto en Costa Rica como en otros países de América del Sur y Asia, según Ysabel Montoya, directora de innovación e investigación y desarrollo de Laboratorios Biolinks y miembro del jurado de los premios Innovadores menores de 35 años de América Central 2016.