
Observar más de cerca cómo se mueven las personas por las ciudades
Cuando Laura Schewel trabajaba en un grupo de expertos en energía y luego en la Comisión Federal Reguladora de Energía, quería desarrollar políticas que fomentaran la venta de coches eléctricos. El problema era que no existían datos completos y fiables sobre dónde y cuándo conduce la gente.
Normalmente, los expertos en transporte construyen modelos predictivos para describir los patrones de tráfico o realizan encuestas costosas. Ninguno de los dos métodos es particularmente fácil de aplicar. “No tenemos ni idea de lo que ocurre en las carreteras. Ninguna”, dice Schewel. “Si lo comparas con lo que sabemos sobre lo que ve la gente en la tele, es absurdo.”
25.000 millones
Número de dispositivos que se espera estén conectados a Internet en todo el mundo en 2015
Durante un programa de doctorado en la Universidad de California, Berkeley, se dio cuenta de que la gente en realidad ya estaba revelando dónde conducía— a sus compañías telefónicas y servicios de navegación GPS. Pensó: ¿y si pudiera acceder a esos datos? Le llevó un año convencer a las empresas para que vendieran esta información valiosa y sensible a una pequeña startup que fundó, StreetLight Data. La empresa, que agrega y analiza las señales de teléfonos móviles y sistemas de navegación GPS de los vehículos, facilita que prácticamente cualquiera pueda hacer lo que Schewel llevaba tiempo imaginando: ver mapas detallados de dónde, cuándo y cómo se mueven las personas por las ciudades.
Con el software que desarrolló junto a su equipo, Schewel puede escribir una dirección y ver los datos demográficos de las personas que pasan por allí o se detienen cerca de esa ubicación. El sistema muestra cuándo pasan, con qué frecuencia y hasta de qué barrios vienen. (Es importante señalar que los algoritmos de Schewel analizan los movimientos de grupos de dispositivos, no de unidades individuales. Eso significa que los análisis de StreetLight no pueden ser utilizados para reconstruir los movimientos de una persona concreta.)
La información resulta atractiva para clientes mucho más allá del mundo de la política de transporte. Una clínica médica, un taller de reparación de coches y una pequeña cadena de restaurantes han estado usando el software de StreetLight para ayudarles a decidir dónde abrir nuevos locales y colocar vallas publicitarias. Y la organización sin ánimo de lucro Oakland Business Development Corporation está utilizando el software para demostrar que personas con poder adquisitivo pasan tiempo en Oakland aunque no vivan cerca. El grupo espera que estos datos animen a pequeños negocios y cadenas nacionales a plantearse abrir establecimientos en el centro de la ciudad, que sufre dificultades económicas y tiene 400 locales comerciales y edificios de oficinas vacíos en una milla cuadrada.
Schewel sigue creyendo que puede hacer que el transporte sea más eficiente. Pero en lugar de intentar convencer a la gente de que sea ecológica, se centra en ayudar a las empresas —que se han convertido en “la fuerza de cambio de comportamiento más poderosa en Estados Unidos”— a facilitar que las personas adopten hábitos más sostenibles. Por ejemplo, si los habitantes de los suburbios pueden hacer algunas compras cerca de sus oficinas en el centro de Oakland durante el trayecto de vuelta a casa, eso podría reducir los kilómetros que de otro modo tendrían que recorrer. Naturalmente, Schewel respalda esa idea con datos: el 30 por ciento de todos los kilómetros recorridos en EE. UU. están relacionados con las compras.