
Desarrolló un reactor sencillo para convertir el dióxido de carbono en productos químicos útiles.
Año en que fue reconocida: 2016
Organización: Opus 12
Región: Global
Al crecer en una zona rural de Montana, Kendra Kuhl observó cómo las formaciones de hielo del cercano Parque Nacional Glacier se reducían. «Podíamos ver el calentamiento global en acción», dice. Aquella imagen impulsó sus ambiciones profesionales. «Me gustaba la idea de ensamblar átomos de nuevas maneras que fueran potencialmente amigables con el medio ambiente», comenta.
Eso es exactamente lo que Kuhl espera lograr con la startup que cofundó en 2014. Opus 12 está desarrollando un reactor capaz de capturar el dióxido de carbono emitido por las plantas de energía y transformarlo en productos químicos útiles.
En Cyclotron Road, una incubadora de startups en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, Kuhl muestra uno de los prototipos de Opus 12: un pequeño reactor con una entrada para el dióxido de carbono y una salida conectada a un instrumento que analiza los productos obtenidos. La clave de la tecnología reside en el diseño del reactor, que incorpora una familia de catalizadores en los que trabajó durante su posgrado en la Universidad de Stanford. Dentro de la cámara metálica del reactor, hay un electrodo con una membrana recubierta de estos catalizadores. Estos permiten que las reacciones químicas del carbono ocurran a baja temperatura y presión, sin necesidad de grandes cantidades de energía.
Opus 12 no es la primera empresa en intentar convertir el dióxido de carbono en productos químicos de uso común, pero la mejora en los catalizadores y el diseño escalable de su reactor la distinguen, afirma Kuhl. Sin embargo, aún falta mucho para que la compañía pueda competir con los proveedores tradicionales de productos químicos. Para finales de 2017, Opus 12 planea construir un reactor con una pila de electrodos capaz de producir varios kilogramos de producto al día.