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Sus implantes personalizados y biocompatibles pueden regenerar y reconectar nervios dañados

Año Honorado
2015
Región
Europa
Procedente de
Polonia
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«Entre Estados Unidos y Europa, más de 600,000 personas sufren daños en los nervios cada año, lo que incluye nervios cortados o aplastados. Estas lesiones crean obstáculos en el camino a través del cual deberían circular los impulsos nerviosos desde el cerebro, lo que puede llevar a la pérdida de sensibilidad o incluso al movimiento en el área afectada. La joven innovadora polaca Katarzyna Nawrotek quiere minimizar estos efectos, y para ello ha creado una nueva tecnología que produce canales personalizados y biocompatibles que ayudan a regenerar el tejido nervioso dañado, los cuales se disuelven una vez que han cumplido su función.

Esta joven doctora en ingeniería biomédica de la Universidad Politécnica de Lodz (Polonia) recuerda la imagen que cambió su vida y redirigió su carrera profesional hacia la regeneración del tejido nervioso. “Era una persona discapacitada, sentada en una silla de ruedas, llevando un teléfono móvil con una imagen de cómo me vería si pudiera ponerme de pie”, explica Nawrotek.

Una operación quirúrgica, si se realiza en una etapa temprana, puede reconectar el tejido nervioso dañado y evitar que el impacto de tales lesiones sea tan grave. El proyecto de Nawrotek para producir implantes neurogenerativos podría mejorar la tasa de éxito de tales cirugías gracias al nivel de personalización y biocompatibilidad que presentan.

La tecnología utilizada por esta investigadora produce canales hechos de quitosano, un polímero obtenido de la quitina que se encuentra de forma natural en los caparazones de los crustáceos, tan solo 10 minutos antes de la operación. Los implantes basados en polímeros que se usan actualmente se preparan mucho antes y se almacenan hasta que se necesitan. De esta manera, la tecnología de Nawrotek permite diseñar los implantes de manera personalizada para las necesidades del paciente específico, ya esperando en la mesa de operaciones.

La producción de los implantes se logra mediante la electrodeposición de quitosano, con las medidas de longitud, ancho y grosor específicas para cada paciente. Además, «los costos de producción ascienden a apenas un euro por implante, en comparación con los 800 euros que cuestan las alternativas actuales», según la creadora de esta tecnología.

«Las propiedades del quitosano son similares a las de la matriz extracelular», explica Nawrotek. Esto convierte al quitosano en una sustancia ideal para los canales que actúan como andamiaje protector para el nervio dañado, ya que no es rechazado por el cuerpo humano y es bioabsorbible. «La tasa de degradación del quitosano puede controlarse mediante ciertas modificaciones químicas», continúa Nawrotek, «de manera que, dependiendo del tiempo que se necesite para la regeneración del nervio, podemos definir el tiempo durante el cual el implante debe permanecer estable antes de comenzar a disolverse».

No solo los canales de Nawrotek sirven como sistema de soporte y unión entre los dos extremos del nervio dañado, sino que también estimulan la regeneración de las neuronas dañadas. Esta joven investigadora logró esta capacidad integrando una serie de compuestos estimulantes en los implantes durante el proceso de fabricación.

Según Stanislaw Rogozinski, socio director de Brante Partners y miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovators Under 35 en Polonia, «los implantes creados por Katarzyna Nawrotek tienen el potencial de tener un impacto positivo en el campo de la medicina regenerativa personalizada y ayudar a innumerables pacientes a recuperarse». Actualmente, la efectividad de estos implantes solo ha sido confirmada a través de ensayos clínicos con ratones, sin embargo, la joven científica polaca no tiene dudas de que los ensayos clínicos en humanos serán igualmente exitosos.»