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Sus diminutas estructuras, que reproducen la función de los órganos humanos, podrían conducir a mejores tratamientos contra el cáncer
«Cuando Julio Alemán habla de «humanizar los ensayos farmacéuticos», se refiere a la creación de plataformas (o chips) que reflejen con precisión la función de los órganos humanos. Gracias a los pequeños tejidos cultivados a partir de células humanas dentro de estas plataformas, las pruebas in vitro podrían ser casi idénticas a las pruebas in vivo. Con este tipo de avance, el joven guatemalteco afirma: «Dejaríamos de disparar con una escopeta y empezaríamos a disparar con un rifle», en referencia a la eficacia de los ensayos. Sus esfuerzos para lograr este objetivo en el Instituto de Medicina Regenerativa de Wake Forest (EE. UU.) le han valido un puesto entre los Innovadores menores de 35 años de América Central 2016 de la edición española de MIT Technology Review.

La creación de chips que reproducen el funcionamiento interno de los órganos humanos es una tendencia emergente en la que la microfluídica, una técnica que analiza el comportamiento de los fluidos a escala microscópica, desempeña un papel clave. Cuando el estudio microfluídico se combina con estos chips, es posible ver cómo un fármaco diluido en el torrente sanguíneo interactúa con cada órgano, por ejemplo. El equipo de Alemán se ha centrado en el tratamiento de las metástasis del cáncer de colon y su efecto en diferentes órganos, como el corazón y los riñones.

Con el fin de perfeccionar la simulación que el chip genera de la función de los órganos, la investigación realizada por su equipo ha simulado con éxito la matriz extracelular de cada órgano a través de hidrogeles. También han combinado varios chips y sensores dentro de una plataforma más grande. Esto, según este joven innovador, que trabaja para el Instituto desde 2015 tras completar el Programa de Ciencias de la Salud de Harvard-MIT en EE. UU., les permite confirmar si un fármaco dirigido a los riñones afectará al corazón, por ejemplo.

Mejorar la precisión de los ensayos farmacéuticos podría reducir la duración de los tratamientos existentes e impulsar el desarrollo de nuevos medicamentos que actualmente a menudo se estancan en los ensayos con animales, explica Alemán. Como señala, la fisiología de los animales y los humanos, a pesar de las posibles similitudes, nunca será idéntica. La disponibilidad de modelos humanos resolvería este problema, además de reducir el número de ensayos con animales realizados.

La tecnología de órganos en un chip ya ha atraído la atención del Departamento de Defensa de EE. UU., que está financiando el proyecto de Alemán, que actualmente se encuentra todavía en las etapas iniciales de desarrollo. «El mayor reto ahora es mantener vivos los órganos», afirma Alemán, pero no duda en calificar el avance de «revolucionario», especialmente para enfermedades como el cáncer y la diabetes. «El gel y los chips están listos, el factor limitante son las células», afirma, refiriéndose a la dificultad de obtener las células humanas necesarias para desarrollar los órganos simulados.

En opinión de la directora de innovación e investigación y desarrollo de Laboratorios Biolinks y miembro del jurado de los premios Innovadores menores de 35 años de Centroamérica 2016, Ysabel Montoya, este proyecto «podría representar una alternativa para probar medicamentos contra el cáncer y comprender las metástasis», en contraposición al proceso actual de simplemente inyectar a los pacientes y «esperar a ver qué pasa».