
Ha creado plantas transgénicas resistentes a las heladas, la sequía y la salinidad.
«En cuatro décadas, la población mundial superará los 12 000 millones de personas y la FAO estima que la producción de alimentos tendrá que aumentar un 70 % para satisfacer la demanda. Sin embargo, debido a los efectos del cambio climático, gran parte de las tierras fértiles actuales se habrán vuelto inservibles, y la cantidad y calidad del agua disponible probablemente habrá disminuido en lugar de aumentar.
En este contexto, los cultivos modificados genéticamente, capaces de adaptarse a suelos más secos y salados y de soportar temperaturas extremas, están surgiendo como una alternativa para abastecer a nuestra población en constante crecimiento.
Este joven investigador, licenciado en Biotecnología por la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral, ha identificado un gen presente en los girasoles que podría utilizarse para cultivar plantas robustas, resistentes a las bajas temperaturas, la salinidad o la falta de agua, que además serían muy productivas.
Este gen del girasol podría conducir a la producción de semillas para plantas como la soja, el trigo, el maíz y otras plantas de interés agronómico. También se ha descubierto que HaHB1 no solo es más resistente, sino que incluso después de haber sufrido sequía y vivido en suelos con alta salinidad, estas plantas genéticamente modificadas producen una mayor cantidad de semillas que las plantas no modificadas y otras plantas transgénicas programadas para ser resistentes.
Las revistas científicas Plant Journal y Plant Biotechnology Journal han publicado los hallazgos de esta joven argentina. Julieta Cabello también es autora de dos patentes internacionales sobre los procesos para mejorar la expresión de estos genes, con licencia para varias multinacionales para que puedan comercializarse».