
Una proteína para el diagnóstico temprano de infartos de miocardio
Los infartos de miocardio son una de las principales causas de muerte en adultos en los países desarrollados, y su incidencia aumenta con la edad. Son causados por la obstrucción progresiva de los vasos sanguíneos debido a la acumulación de material graso en sus paredes, hasta que el bloqueo llega a un vaso más grande, como la arteria coronaria, y ocurre una isquemia. La isquemia es el flujo sanguíneo insuficiente al corazón, lo que gradualmente causa la «muerte» de los tejidos cardíacos. El paciente afectado por un infarto siente dolor en el pecho, y acudir al hospital o al centro de salud más cercano es la única solución para reactivar la circulación cardiovascular. Sin embargo, muchas veces ya es demasiado tarde.
Judit Cubedo, actualmente investigadora postdoctoral en el Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) en Barcelona, ha centrado su investigación en encontrar un método adecuado para detectar un infarto isquémico en sus primeras etapas. Incluso antes de que se sienta el dolor, ya ocurren otros cambios en el cuerpo, y si estos cambios se pudieran detectar antes, los riesgos de ataques fatales disminuirían considerablemente. Se centró en los cambios que un ataque isquémico provoca en varias proteínas, y especialmente en una llamada APO J. Esta proteína existe en el cuerpo en diferentes formas: una, la forma estándar, es la forma glicosilada, en la que una molécula de azúcar (glucano) está unida a la proteína. Este proceso es muy común y ayuda a que las proteínas desempeñen diferentes funciones. Sin embargo, en cuanto ocurre la isquemia, el cuerpo deja de producir APO J glicosilada y solo se produce la forma básica, subdesarrollada. Este proceso comienza inmediatamente después de la isquemia, a diferencia de otros indicadores actualmente utilizados, que solo se activan cuando el daño en el tejido cardíaco ya está en una etapa avanzada.
Cubedo desarrolló un prototipo de kit específico que mide APO J glicosilada en la sangre, a diferencia de los kits existentes que no pueden distinguir entre las dos formas. Al detectar una disminución de esta proteína en la sangre, se puede identificar un infarto en su etapa más temprana, lo que lleva a un análisis y tratamiento más rápido antes de que sea demasiado tarde. Considerando la cantidad de pacientes que acuden al hospital por dolor en el pecho, el kit también podría «ayudar a diferenciar la gravedad de la patología», ofreciendo a los médicos una prueba rápida para priorizar los casos más urgentes. En el futuro, Cubedo espera mejorar este kit para que se convierta en una herramienta esencial para detectar infartos antes de que sea demasiado tarde. De hecho, «las proteínas glicosiladas pueden utilizarse para detectar muchas otras patologías», incluidas las enfermedades neurodegenerativas.