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Creó un gel para vendajes que imita la piel humana y mejora el proceso de curación de heridas y quemaduras.

«Mantener la piel hidratada es el aspecto más crucial de una curación adecuada». La argentina Jimena González utiliza esta contundente afirmación para describir el problema que se propuso abordar: proporcionar un entorno más húmedo que seco para acelerar la reparación del tejido dañado y reducir el dolor y las cicatrices. Con este fin, González trabaja en la creación del mejor sustituto posible de la piel humana: una película a base de agua, cuya elasticidad y resistencia imitan a nuestra propia piel.

El material desarrollado por esta investigadora, diseñado para su uso como apósito o vendaje para mejorar el proceso de curación de heridas y quemaduras, mejora las alternativas existentes en varios aspectos clave como, por ejemplo, su precio.

Actualmente, la investigadora está coordinando ensayos biológicos de su material que están en marcha en clínicas dermatológicas especializadas. González confía en que «dado que no se trata de un material que se implanta, sino que se aplica externamente, será más fácil superar las pruebas necesarias para su comercialización».